Un equipo de arqueólogos ha documentado el primer caso de muerte violenta entre los aborígenes de Fuerteventura tras haber estudiado los restos de un cráneo de unos mil años de antigüedad hallado, con una fractura en La Oliva. Este cráneo y un fémur fueron hallados en 2014 por un grupo de pescadores en una cueva en el litoral. Patrimonio trabajó con la hipótesis de que los restos pertenecían a los antiguos pobladores Mahos.