La Provincia - Diario de Las Palmas

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El chiringuito resiste pese a la obra

El establecimiento de la playa de Caleta de Fuste constata un aumento de turistas franceses este verano - Los bañistas se quejan del ruido por los trabajos de remodelación del litoral

Dos turistas italianos brindan por sus vacaciones en Caleta de Fuste. FUSELLI

Sol, playa y chiringuito. El calor del verano hace que estas tres palabras sean un mantra en Fuerteventura. Es cierto que durante todo el año el buen tiempo es característica clave de la isla, pero este verano se presentaba como el más caluroso desde su comienzo, por lo que el litoral se vuelve aún más apetecible.

En la playa de El Castillo, en Caleta de Fuste, se ofrece la última variable indicada para sofocar el calor: el chiringuito. Localizado en una de las principales zonas turísticas de la isla, el trabajo está asegurado.

Italianos, ingleses, alemanes. Muchas son las nacionalidades que se acercan al chiringuito a consumir mientras disfrutan de un día de playa.

"Este verano estamos recibiendo sobre todo franceses. Españoles y canarios también como dos o tres al día pero sobre todo extranjeros", cuenta Natalia Gómez, camarera del establecimiento.

Uno de las consumiciones más repetidas es la cerveza y los refrescos, "pero también nos piden muchos bocadillos y tenemos café para llevar", indica.

Canarias es un destino turístico muy demandado en los meses estivales pero también durante el resto del año.

Natalia cuenta que "en invierno tenemos bastante clientela porque son muchos los que eligen Fuerteventura para pasar las fiestas navideñas por el clima".

Al igual que en muchas de las otras playas majoreras, son los extranjeros los que dejan más dinero en el chiringuito.

Unos bañistas de Gran Canaria, Josué y Sara, que visitan por primera vez esta playa, reconocen que no suelen consumir en estos establecimientos: "No somos muy de chiringuito porque sabemos que los precios son caros", señalan. Dirigiendo la vista al mar, El Castillo se encuentra desde el pasado mes de enero inmerso en el esperado y muy demandado proyecto de regeneración de la playa y ya ha comenzado su fase final de obras para mejorar la zona, algo que a priori, no ha afectado en gran medida al chiringuito.

Sin embargo, montañas de arena, camiones en funcionamiento, y obras de lunes a domingo han generado bastante desasosiego este verano.

"Hemos tenido pequeñas incidencias como es normal por la situación, pero intentamos subsanarlas lo antes posible", explica Miguel Peña, responsable del chiringuito. Se calcula que las obras finalizarán el próximo mes de octubre. Hasta entonces, Peña indica que seguirán como hasta ahora "adaptándonos a la zona, a la situación y al uso de la playa por parte de las máquinas". "Aunque a ratos es molesto sabemos que es para algo bueno para todos y una mejora tanto para la playa como para el pueblo. Era una obra esperada así que sabíamos a lo que nos enfrentábamos", continúa.

Los trabajos de mejora llevan muchos meses afectando a la zona, pero a pesar de ello, las visitas no han cesado en todo este tiempo. "El usuario sigue apostando por este lugar", señala Peña. Los usuarios extranjeros que vienen, por su parte, explican que no esperaban encontrarse esto así pero que solo molesta un poco el ruido: "No esperábamos encontrar esto.

No es muy desagradable o incómodo porque nos han explicado que es para ampliar la playa pero el ruido a veces es un poco molesto", cuentan Ferruccio y Michele, dos turistas italianos que toman una cerveza en el chiringuito.

Josué y Sara tampoco conocían la situación, "teníamos buenas referencias de la playa, nos la habían recomendado pero no esperábamos encontrarla así", cuentan refiriéndose a estas obras. Al igual que otros bañistas insisten en que "el ruido es lo más que molesta".

Con la finalización de la regeneración de la playa esperan que los usuarios permanezcan más tiempo en la arena, y se acerquen a refrescarse a este establecimiento tan mítico que incluso de la mano de Georgie Dann, consiguió convertirse en canción del verano. Por el momento, los bañistas tendran que combinar el refresco playero con las obras del litoral. Pero, como siempre, la obra llegará a su fin.

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