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La prueba del algodón

La Virgen de la Peña fue colocada en su hornacina tras un proceso de limpieza después de cuatro días de festejos

El vicario general de la Diocesis de Canarias, Hipólito Cabrera, recoge la imagen de la Virgen de la Peña para colocarla en su hornacina, ayer .

Las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Peña, Patrona de Fuerteventura, culminaron ayer tras una semana de actos religiosos y festivos. La imagen de la Virgen regresó a su hornacina al finalizar la última eucaristía ante un nutrido grupo de feligreses que acudieron al pequeño santuario de Vega de Río Palmas.

La imagen de La Peña es sometida a un proceso de limpieza con anterioridad a su colocación en la hornacina ya que ha estado expuesta durante días, no solo a los efectos ambientales sino que es besada y tocada por cientos de feligreses. Se frota la figura con u n algodón impregnado en colonia, tanto el cuerpo de la Virgen como la de su pequeño hijo.

La misa fue presidida por el vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera, que estuvo ayudado por José Luis Cabrera, párroco de Betancuria. Tras la conclusión de la misma, el vicario, que durante 12 años desarrollo su labor pastoral en Fuerteventura, fue el encargado de colocar la pequeña talla de alabastro en el interior de la hornacina que preside el altar mayor de la ermita.

Desde el pasado jueves, día en que arrancaron oficialmente las fiestas patronales, la imagen de la Virgen de la Peña fue colocada sobre unas andas. Desde entonces ha presidido todos los actos religiosos, desde las numerosas eucarísticas hasta la ofrenda e incluso fue trasladada el pasado sábado hasta la plaza pública para la celebración de la misa que estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases.

El vicario Hipólito Cabrera, explicó, que en la celebración de la última eucaristía "lo que hacemos es recoger lo que todos estos días intensos se ha vivido en las fiestas. Es la conclusión de todo lo que los peregrinos que se han acercado a este santuario colocan a los pies de la Virgen". Además, añadió, que "es asumir el compromiso que ella pone en nuestras manos para seguir trabajando por un mundo mejor, por la fraternidad, por el amor, por la alegría, por la esperanza. En definitiva por aquellos valores por los que ella trabajó y luchó mientras vivía en la tierra y sigue animándonos a serlo realidad, que es el fondo lo que hizo su hijo Jesús".

En opinión de Cabrera, este acto tiene además "un sentimiento entrañable. Al terminar la celebración de la eucaristía la imagen de la Virgen vuelve de nuevo a la hornacina donde todos los años peregrinamos para encontrarnos con ella. Es un rito muy sencillo que es quitarla de las andas donde permanece durante los días de las fiesta y volvemos a colocarla en la hornacina pidiéndole que siga abriendo sus brazos y su corazón para que todos los peregrinos y todos los hijos de Fuerteventura que venimos cada año podamos encontrar, celebrar y compartir con ella nuestras ilusiones, esperanzas, suplicas y todas nuestras plegarias".

El programa de actos de las fiestas de La Peña acogía también ayer un enfrentamiento de lucha canaria entre el Saladar de Jandía y el Club de Lucha Rosario. La lucha concluyó con empate pero el trofeo sería finalmente para el equipo de Puerto del Rosario al disponer de menos amonestaciones.

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