En la mañana del miércoles tuvo lugar en El Museo Canario la entrega al Cabildo de Fuerteventura de una importante colección archivística compuesta por la documentación que generaron las antiguas instituciones de la isla, como el juzgado, diversas escribanías y el propio cabildo. En el acto intervinieron Miguel Ángel Clavijo, director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Diego López Díaz, presidente de El Museo Canario, y Marcial Morales Martín, presidente del Cabildo Insular de Fuerteventura.

Este interesante fondo documental, que contiene legajos fechados entre los siglos XVII y XIX, es conocido tradicionalmente como Judicial de Fuerteventura, aunque los historiadores también se refieren a él como Archivo de Betancuria, pues fue en este municipio majorero donde estuvo alojado hasta 1834. En esta fecha se trasladaron los documentos a Antigua al situarse aquí la cabeza del partido judicial de Fuerteventura, y en este nuevo emplazamiento permaneció todo el volumen documental hasta el año 1932, en que El Museo Canario se hizo cargo de su conservación.

La historia del Archivo de Betancuria es realmente azarosa. Ya las actas del cabildo de Fuerteventura de 1784 dejaban constancia de su mal estado de conservación, un problema que se fue agravando durante las décadas siguientes a juzgar por diversos testimonios que se hacen eco de sus graves problemas con la humedad, los insectos y la desaparición de centenares de registros, que eran llevados sin control a distintos domicilios particulares. Incluso los azares políticos afectaron al archivo, pues Betancuria y Antigua convirtieron en un problema la cesión de los documentos con motivo de la reordenación administrativa de 1834, con la que Betancuria se sintió perjudicada. Todos estos avatares hicieron que el antiguo fondo documental quedara gravemente desmembrado.