La lucha canaria, nuestro deporte vernáculo por excelencia, atesora numerosos valores y virtudes, al margen de representar un profundo sentimiento de generosidad, respeto y amistad. También, tiene un profundo compendio de romanticismo en sus mañas. El mejor ejemplo de ello es la acción del luchador Francisco Rodríguez Morales (Arrecife, 1986), conocido deportivamente como Tino Rodríguez, deportista del majorero club Maxorata, que el pasado fin de semana antes del inicio de una luchada le pidió matrimonio a su pareja. Y nada mejor que ante su afición como testigo excepcional para realizar esta propuesta. Sin lugar a dudas, la mejor agarrada de Tino en su vida deportiva.

El CL Maxorata se enfrentaba al equipo lanzaroteño del Tao en una luchada de presentación del equipo majorero. Minutos antes de iniciarse la luchada, Tino, micro en mano, agradece a todos los presentes el apoyo: a los aficionados, directiva, compañeros y augura una gran temporada. Pero la sorpresa estaba por llegar. También agradece a su pareja Mihaela Dinu (Rumanía, 1987) la docena de años que comparten juntos, entre los que destacó la llegada de sus dos hijos: Roberto y Bianca, de nueve y siete años, respectivamente. Le pide a Mihaela que baje al terrero. Si bien, inicialmente ella se queda atónita acaba por aceptar. Le entrega un ramos de flores, saca una cajita con la alianza, se pone de rodilla y le pide matrimonio. La mujer tarda en reaccionar ante la sorpresa pero aceptó conmovida. Beso, abrazo y el 'si quiero' ante una avalancha de aplausos de los espectadores.

Tino Rodríguez dejo atrás sus mañas favoritas: cadera, media cadera, burra y pardelera para declararle su amor a Mihaela. No se lo había comunicado a nadie. Sólo lo sabía Tino, ni siquiera sus compañeros ni directivos. "Amo a esta mujer, la madre de mis hijos con todo mi corazón. Quería que todo el mundo lo supiera y que mejor que ante mi afición y en un terrero de lucha canaria, deporte al que le debo todo tanto mi formación como deportista como mi crecimiento personal".

El luchador se muestra satisfecho con su iniciativa. "Se me ocurrió que podía ser la mejor forma de pedirle matrimonio y lo hice con total naturalidad y, además de corazón. Fue una declaración de amor a la mujer que quiero. Ella es el amor de mi vida".

Si romántico ha sido la petición de mano, más espectacular fue la forma en que se conocieron Tino y Mihaela. "Fue en diciembre de 2004. Yo trabajaba en la hamburguesería Capi Blas, en San Bartolomé. Ella entró como una clienta más. Me impresionó su belleza. Tras tomarle la comanda me acerqué más tarde a la mesa y le entregué una rosa de papel. Fue un amor a primera vista. Luego, quedamos para ir al cine y salir. Y así desde hace doce años", señala el luchador.

Genes

Tino Rodríguez lleva la lucha canaria en sus genes. Desde pequeño se inició en el San Bartolomé de Lanzarote. Luego ficho en el Playa Honda y Tao para regresar al San Bartolomé. "Luego me hicieron una oferta del Maxorata y aquí llevo tres maravillosos años. No tengo palabras de agradecimiento para las empresas Lavandería El Cardón, Supermercados Padilla, la cadena hotelera R2, la directiva y mis compañeros que me han acogido tanto a mi como a mi familia como a uno más de sus miembros".