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Lluvias de otoño Beneficios para el campo

"Esta agua viene bien para los pastos"

Juan Andrés de León, ganadero de El Time, bendice la llegada de las lluvias para sus cabras y tierras

Las lluvias caídas en los últimos días en el campo majorero ha aliviado a los ganaderos y agricultores de la sequía que venía sufriendo el territorio insular. La borrasca provocó que muchas gavias se llenaran y empapó la desértica tierra majorera que dentro de unas semanas comenzará a lucir su manto verde que será pastos de las cabras. No solo de las que pastorean libremente y sin control sino del ganado estabulado.

Juan Andrés de León Espinel (Puerto del Rosario, 1969) tiene cerca de 200 cabras en la zona de El Time y atiende como medianero a una docena de gavias en Guisgey. Vive desde siempre de su ganado y de la sementera que planta no solo para uso doméstico sino como forraje para sus animales. A punto de cumplir medio siglo de vida, siempre ha estado ligado al sector primario. "Lo heredé de mis padres Andrés y Antigua. Ellos fueron ganaderos y agricultores desde siempre. Fue su medio de vida en una Fuerteventura donde el hambre y la sed hacía estragos. Eran épocas de miseria, pero el majorero ha sabido anteponerse a estas situaciones gracias a las cabras y a la tierra", señala Juan Andrés mientras reparte la ración al ganado en sus corrales, ubicados junto a su vivienda.

Las recientes lluvias han sido acogidas por los ganaderos "como un maná del cielo. Cuando salgan los pastos y se recoja la sementera supone un importante ahorro ya que complementan la alimentación de las cabras", apunta Juan Andrés, mientras retira un semental del corral donde ha permanecido varios días cubriendo a las cabras.

El ganadero majorero permaneció con las lluvias varias noches a pié de la gavia y del barranco en Guisgey. "Casi no pegué ojo. Hay que estar atento para abrir los caños y las tornas para que entre el agua a las gavias. Si no estas atentos el agua te hace unos portillos que te revienta los trastones y la gavia se va pal carajo". También, añadió, que "aquí hay que mojarse como cuando uno va a coger lapas a la marea".

Juan Andrés deberá esperar un mes o poco más para poder arar las gavias. "Ahora están ralas. Dentro de varias semanas las aro de nuevo con el tractor y siembro cebada, chícharos, azafraneros, millos y garbanzos. También planto alguna gavia de papas para la casa. Quieto no estoy nunca. Hace un año me compré un tractor para no depender de nadie. Por eso, mis gavias están arregladitas desde hace meses esperando que llegara el agua".

Juan Andrés se crió en la zona de Chovello, en El Time. Aquí dio sus primeros pasos entre cabras, ovejas y perros bardinos. "Todo lo que sé de ganadería y agricultura se lo debo a mis padres. A pesar que tengo varias hermanas, solo yo me dedico en exclusiva a trabajar el campo".

El día no tiene horas para esta ganadero del municipio de Puerto del Rosario. "Aquí no hay horario. Me levanto todos los días a las cinco de la madrugada. Comienzo a ordeñar y cuando termino le pongo el cuajo a la leche y cuando está a punto comienzo a hacer el queso. Una vez que termine comienzo a darle de comer al ganado. Y luego a atender las tierras. Estoy todo el día pegado".

Sin embargo, muestra su tristeza porque los jóvenes no quieren incorporarse al campo. "No quieren trabajar. Están mejor en los hoteles o tomando quintillos en las verbenas. No se molestan mucho".

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