La Audiencia de Las Palmas condenó ayer al exjuez de Paz de Antigua, Juan Salvador Fránquiz, a tres años y diez meses de cárcel por intentar asesinar a un hombre al que atropelló varias veces con su coche tras haber discutido con él un bar, mientras gritaba "¡muere, perro! El procesado reconoció los hechos ante el Tribunal de la Sección Primera de la Audiencia y ha aceptado la pena. Fruto del acuerdo alcanzado entre las partes se evitó las penas iniciales de 10 años de cárcel que solicitaba el Ministerio Fiscal y los 14 años de la acusación particular, que estuvo ejercida por el letrado José Ángel Cruz Matías.
El condenado deberá además abonar a la víctima 70.000 euros de indemnización en concepto de responsabilidad civil, mientras que tendrá prohibido acercarse a Juan J. A. R. durante cinco años, al ser responsable de un delito de asesinato en grado de tentativa. La Fiscalía aceptó rebajar su solicitud de condena de diez años de cárcel a tres años tras reconocer en favor del acusado la atenuante de conducir bajo los efectos del alcohol. El exjuez tendrá que realizar un curso de desintoxicación en un centro especializado.
La víctima había acudido al mesón que regenta el exjuez. Este le encargó restaurar unos cuadros que tienen en el establecimiento. Sin embargo, ante la falta de respuesta, la víctima le recriminó este hecho en un bar de Valles de Ortega. Sin embargo, los hechos se remontan a la tarde del 13 de diciembre de 2013 cuando Juan Salvador circulaba con su vehículo por el camino de tierra del poblado de Los Alares, en el municipio de Antigua, "con el inequívoco ánimo de dar muerte a Juan José, que circulaba con su bicicleta por el carril contrario de la vía, tras la discusión inicial. Lo atropelló en sucesivas ocasiones, la primera, derribándolo de su vehículo tras un acometimiento frontal y las posteriores, una vez ya su víctima estaba en el suelo y sin posibilidad de defensa ni de huida, pasándole por encima de su cuerpo las ruedas", según la Fiscalía.
Las heridas producidas por el atropello dejaron importante heridas a la víctima, de las que tardó en sanar 238 días, 18 de ellos de ingreso en el Hospital. La agresión le dejó, asimismo, varias secuelas, como "limitaciones importantes" en un codo donde hubo que implantarle una prótesis y diversas cicatrices repartidas entre un brazo y una pierna, algunas de ellas "de intensa notoriedad". El letrado Cruz Matías pidió la suspensión de la pena a fin de que su cliente no tenga que ingresar en prisión, ya que hasta la fecha no tenía antecedentes penales. Sobre esta petición le corresponderá decidir al Tribunal encargado de juzgar este proceso.
