Las calles de Puerto del Rosario acogieron ayer el primer acto estrella de los Carnavales 2017. La carrera de arre-trankos volvió a destacar por la imaginación y originalidad de los artilugios impregnados de color y humor. Cientos de personas se dieron cita en las vías por donde transcurría el circuito donde algunos vehículos circularon a una velocidad endiablada por las pendientes de las calles Virgen de La Peña y León y Castillo.

La imaginación de los participantes para diseñar los artilugios rodados fue premiado por el numeroso público que abarrotaba las calles con una prolongada ovación a medida que circulaban por las proximidades. El ingenio de los carnavaleros majoreros se demostró que es infinito y se complementa con una admirada la decoración y una divertida conducción.

La prueba constaba de dos tramos: Uno partía desde el inicio de la calle Virgen de La Peña hasta la altura de la vía La Venta y, la segunda, discurrió por un tramo de la calle León y Castillo hasta la plaza de La Paz donde estaba instalada la meta y donde posteriormente se procedió al acto de entrega de premios

Un total de 16 arretrankos tomaron la salida en esta decimocuarta edición, que ha logrado consolidarse como una de las pruebas más ingeniosas y divertidas del Carnaval majorero, sin olvidar a la regata de achipencos, que también atrae a miles de personas en la bahía capitalina.

El premio a la Simpatía, que era elegido por el público, recayó en el grupo Los Tictacitos Roqueros, cuyos componentes forman parte de una murga infantil y que en esta ocasión estuvieron acompañados de sus familiares.

El galardón a la Creatividad fue para Simba, no vuelva, sin lugar a dudas el mejor artilugio de los presentados. Sus componentes, David Ramallo, Rayco Chacón, Elías Badrá y Marcos Pérez , tardaron más de un mes en la construcción y diseño. El premio a la mejor Alegoría fue para La Cenicienta que perdió la chola.

Uno de los participantes que más llamó la atención en el evento fue el tradicional carnavalero David de León que imitó a la atleta Ruth Beitia.