Casi dos años después de haber ingresado en la cárcel de Tahiche, Josefa Hernández Góez (Betancuria, 1952), la conocida popularmente como ' la abuela de Fuerteventura', por un delito contra la ordenación del territorio por haber ampliado su casa en un espacio protegido para poder acoger a dos de sus hijos y a tres nietos, Josefa sigue sufriendo un autentico calvario porque ninguna institución se ha hecho cargo del derribo de la parte ilegal de su casa, lo que frena su regreso a la humilde vivienda en la zona de Campo Viejo, en el municipio de Betancuria, y dentro de los limites del Parque Rural.

El caso de la 'abuela de Fuerteventura' despertó un enorme interés mediático en todo el país. Nadie entendía como era posible que la corrupción engullaba a la clase política del Estado e incluso de Canarias, y la Justicia se cebaba contra una modesta mujer por tratar de conseguir un techo digno para sus hijos y nietos.

La imagen de Josefa acompañada del presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, y del alcalde de Betancuria, Marcelino Cerdeña, el 24 de agosto de 2015, a su entrada en la prisión de Tahiche, dio la vuelta en todo el territorio nacional, una situación n que generó un autentico aluvión de solidaridad contra una anónima mujer que solo pretendía proteger a su familia.

Josefa Hernández se siente desilusionada con todo lo que ha rodeado su caso. Atrás quedan promesas incumplidas y detalles de solidaridad que se han convertido en una autentica pesadilla para esta mujer que sigue residiendo lejos de su entorno familiar. "Me prometieron toda clases de mejoras para mi vida. Desde un trabajo hasta ayudarla, pero solo fueron promesas. Transcurrido el tiempo he observado como se trataba de una autentica falsedad", señala la mujer en su vivienda provisional de Puerto del Rosario.

"El presidente del Cabildo, Marcial Morales, me prometio toda clase de ayuda para mi y mis nietos, pero no ha sido así. Me engañó. Me utilizó como si fuera un trasto viejo. Solo le interesaba la foto a la entrada a la cárcel para que saliera en los periódicos y las televisiones, porque luego no he sabido nada de él. Me siento profundamente decepcionada con Marcial y su gente", señaló Josefa.

Sin embargo, quiso aclarar que la actitud del alcalde Betancuria, Marcelino Cerdeña, "ha sido distinta. Siempre está intentado ayudarnos, se preocupa que cada seis meses firme el contrato de renovación de la vivienda que me ha cedido el Gobierno de Canarias y de ayudarnos en la medida de sus posibilidades".

El pasado 28 de febrero de 2016 expiró el plazo otorgado por la Justicia para proceder al derribo de la parte ilegal de la casa de Josefa Hernández. Si bien inicialmente se iban a ser responsables el Cabildo majorero y el Consistorio de Betancuiria, posteriormente la juez rechazó esa posibilidad y determinó que fuera la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural, organismo que inició el procedimiento sancionador. Sin embargo, hasta la fecha no se ha procedido a iniciar las labores de derribo de la parte ilegal.

"Llevo casi dos años esperando a que se solucione esta situación. Mi abogado comunicó al Juzgado que no cuento con medios económicos para proceder a la demolición. Mientras esta situación se solucione no puedo acceder a mi casa porque sino incurriría en un delito de desobediencia y este no es mi estilo. Yo estoy para colaborar y cumplir con la Justicia, pero no tengo medios", señaló Josefa.

Josefa Hernández tiene siete hijos: María José, Belén, Leticia, Minerva, Cristhofer, Suso y Cristina, así como 21 nietos de los que tres: Yoel, Albie y Yanira viven con ella, así como dos de sus hijos. Tras separarse de su marido Raimundo decide en 1995 regresar a la isla que la vio nacer y decide hacerse su casita en Campo Viejo, en una parcela de 51.000 metros cuadrados que había heredado de sus pa¡dres Melitón y Josefa. Sin embargo, el suelo se encontraba en el interior del Parque Rural de Betancuria que no permite este tipo de construcciones. Esta iniciativa le llevó a la cárcel. Ahora solo quiere que se le permita regresar a aquella modesta vivienda que construyó con miles de sacrifios.º