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Jonathan Brito, un luchador nato

El joven majorero, con una discapacidad auditiva severa, encuentra en la lucha canaria su integración social

Jonathan Brito posa con la equipación de su actual club, Unión Antigua, en el terrero municipal. LP / DLP

La fe de unos padres que desde muy pequeño integraron a su hijo Jonathan Brito Batista ( Puerto del Rosario, 2001) para que por una discapacidad auditiva severa, no se sintiera excluido de la sociedad ha obtenido un merecido y justo reconocimiento. El matrimonio Bernabé Brito y Carmen Delia Batista lograron su objetivo no solo por su implicación personal sino a través de la lucha canaria. La historia de la superación personal de Jonathan será reconocida el próximo lunes con el galardón del Premio Día de Canarias 2017, que otorga la Federación regional de Lucha Canaria.

La cita será en La Gomera y es la primera vez que el citado ente federativo galardona a personas con algún tipo de discapacidad. Además, el reconocimiento recae en un joven luchador que actualmente milita en el Unión Antigua. Esta iniciativa, a propuesta del presidente insular Víctor Alonso, visibiliza los sentimientos y la nobleza que atesora este deporte autóctono y que, además, rompe barreras.

En el momento de nacer Jonathan se le detecta una sordera severa profunda. Su primer implante coclear se le realiza en 2005 y es escolarizado teniendo que contar con el apoyo explícito de logopedia debido a la enorme dificultad que acarreaba esta discapacidad bastante compleja. El segundo implante se le realiza dos años más tarde.

Los padres del joven mostraban su preocupación para que su hijo pudiera hablar algún día o si sería capaz de escuchar. Se ponen como objetivo hacer todos los esfuerzos posibles para que la discapacidad auditiva y de comunicación que presentaba no fuera impedimento para su vida cotidiana. Bernabé y Carmen Delia se convirtieron en el mayor pilar del pequeño para el desarrollo del lenguaje de Jonathan.

"Inicialmente Jonathan era incapaz de comunicarse de forma verbal, ni si quiera utilizaba la expresión para intentar comunicarse. Lo que dificultaba aún más su falta de comunicación y de poder expresar sus emociones, llegando incluso a provocar conductas inapropiadas y un fuerte carácter", señala Víctor Alonso. Además, añade, que "su evolución sigue siendo favorable. De aquel niño de apenas 4 años gritón y con mucho genio ya no queda nada. Jonathan se ha convertido en un joven sociable, sereno y educado, con muchas ganas de expresar sus emociones, vivencias y comunicarse con su entorno".

Su primer contacto con el deporte vernáculo, donde tiene antecedentes familiares, se producía en la Escuela del Club de Lucha 'Unión Temporal'. Dos años después ingresa en la Escuela del Unión Antigua, en el cual es federado como luchador en las diferentes ligas y torneos que se desarrollaban en la isla majorera hasta la actualidad, participando también en encuentros de la Selección Infantil de Fuerteventura.

Jonathan es en la actualidad un adolescente muy curioso, interesado por lo que ocurre a su alrededor y conectado con él mismo. Sus ganas de aprender no cesan y lo expresa en cada pregunta que formula.

Las ganas de vivir de este joven majorero tienen su epicentro en la atención médica, logopeda, los compañeros y directivos de los diferentes clubes de lucha en los que ha vestido sus colores y lo más importante, la implicación de su familia: sus padres Bernabé y Carmen Delia, y su hermano mayor Kevin.

"Hay que poner en valor que un joven con discapacidad auditiva y con implantes cocleares es capaz de superarse desde que le reconocen el diagnostico, mantener el esfuerzo constante y de superación para practicar su actividad preferida, la lucha canaria, deporte ancestral en nuestro Archipiélago, noble por excelencia", apuntó Alonso

La esencia de la lucha canaria: nobleza, generosidad, valor o solidaridad ha logrado el milagro con Jonathan Brito. A todo esto hay que sumar la decidida apuesta por la integración. La historia de este joven majorero es todo un ejemplo de fe y superación...

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