Julio Vila, uno de los fundadores de la plataforma ciudadana 'Por una sanidad digna en Fuerteventura, Ya...' falleció en la madrugada de este miércoles como consecuencia del cáncer de páncreas que padecía desde hacía más de dos años. Fue uno de los luchadores incansables para demandar una mejor calidad sanitaria de la isla. Reclamó, junto a sus compañeros del colectivo, un segundo oncólogo, el servicio de radioterapia y mejoras en la sanidad pública de Fuerteventura. Su coraje y compromiso social no fueron suficiente para sensibilizar a las instituciones de que mejoren la sanidad majorera.

El coraje y la valentía de Julio Vila Iglesias (Orense, 1971) se apagó en la madrugada del miércoles. Y fue precisamente en el Hospital majorero donde muchas veces se concentró con sus compañeros de la Asociación 'Por una sanidad digna en Fuerteventura, Ya... ' reclamando no solo una mejor calidad sanitaria para la isla sino denunciando el deterioro que sufre este servicio público. Este gallego se ha convertido, junto a otros compañeros enfermos de cáncer, en un icono en la lucha contra el abandono que tiene el Gobierno de Canarias a los habitantes de la isla.

Fue precisamente Julio junto a la incansable luchadora Jacqueline Montero (Montevideo, 1974) ambos con una patología oncológica, quienes pusieron el germen en la lucha contra el abandono sanitario. Fue el 10 de agosto de 2016 cuando se plantaron en solitario delante del Hospital para pedir un oncólogo ya que la única especialista había presentado su dimisión y su plaza no había sido cubierta. Ahí empezó su lucha y su tenacidad para transmitir a la sociedad insular la grave situación del servicio sanitario. Su ímpetu, junto a personas como Izaskun Nuñez, Ayoze Vega y otras muchas, lograron que el pasado 23 de septiembre salieran a la calle más de 15.000 personas para denunciar el deterioro sanitario.

Julio llegó a la isla en 2003 de vacaciones. Aquí encontró trabajo en el sector de la construcción y decidió quedarse. Aquí también conoció a su mujer, la palmera Begoña Asensio.

Hace poco más de dos años que comenzó a sentir unos fuertes dolores en el estómago. No dormía bien y apenas tenía apetito. El diagnóstico en el Hospital insular fue que eran gases y le recetaron unas pastillas. Sin embargo, los dolores continuaron y sus visitas a Urgencias se acrecentaron. "Por la noche no dormía, se sentaba en el sillón de casa y descansaba la cabeza en la mesita. Los dolores en la barriga iban en aumento y siempre nos decían que eran gases", afirma la viuda.

Sin embargo, en una de esos viajes a Urgencias una doctora que estaba de guardia le diagnosticó un cáncer de páncreas. "Se nos cayó el cielo arriba. No entendíamos que llevara muchos meses con un tratamiento para los gases y ahora nos dicen que era cáncer", señala Begoña.

Julio no se arrugó. Le plantó cara a la enfermedad ayudado por su compañera y familiares. Y luchó hasta la extenuación. Viajes a Gran Canaria, tratamientos agresivos y paseos continuos por consultas. A pesar de ello, sacó fuerzas para reivindicar mejoras sanitarias para Fuerteventura. Cada jueves, cuando la salud lo permitía, agarraba la pancarta y se colocaba delante del Hospital o bien en la fachada del Cabildo majorero, demandando no solo un segundo oncólogo y una unidad de radioterapia sino una mejor calidad sanitaria para Fuerteventura.

Sus compañeros de la plataforma ciudadana 'Por una sanidad digna en Fuerteventura, Ya...' mostraron este miércoles su reconocimiento a la lucha de este gallego "majorero de adopción y luchador incansable por conseguir una sanidad digna para los majoreros", señaló uno de ellos.

Su cadáver está siendo velado desde la tarde de este miércoles. El sepelio se producirá este jueves en el cementerio de Puerto del Rosario.