La vecina del casco viejo de Corralejo, María González Caraballo (Corralejo, 1931), de 85 años de edad, falleció el pasado 17 de julio de forma silenciosa y repentina como consecuencia de un paro cardiaco.

El pasado 30 de mayo, Día de Canarias, María fue la encargada de recoger la Medalla de Oro concedida por el Gobierno de Canarias al Comité de Afectados del Casco Viejo de Corralejo.

Una mujer muy activa y comprometida socialmente con el colectivo desde su creación hace diecisiete años en la defensa de los derechos de un centenar de propietarios de las viviendas del antiguo pueblo marinero de Corralejo, en el municipio de Oliva.

María casada con el marinero Marcelino Umpiérrez Calero, de 94 años de edad tuvo siete hijos y era una gran cocinera. Trabajó desde chica como mariscadora, también en la zafra del tomate de Gran Tarajal y antes de jubilarse en labores de limpieza y lavandería. En el reciente Encuentro de Improvisadores del casco viejo, dentro del programa de las fiestas patronales del Carmen, subió contenta al escenario para enseñar al vecindario la medalla, y el reconocimiento del Gobierno de Canarias al pueblo de Corralejo.

María contó emocionada el bonito momento que vivió en la gala de los Premios Canarias 2017 rodeada de los vecinos y de los premiados. Un acto que calificó de "precioso", y reiteró su orgullo por haber podido representar a todo su pueblo en la citada gala tras años de lucha y esfuerzo para que se reconozcan sus derechos.

"Disfrutamos del día grande en honor a la Virgen del Carmen, el pasado 16 de julio con mucha alegría y fue bonito como todos los años. Mi madre se levantó a las cinco de la mañana para cocinar el puchero de las fiestas y nos reunimos como siempre toda la familia y amigos. Disfrutamos de un día festivo muy bonito en el pueblo", cuentan sus hijas, Rosa y María emocionadas.

Al anochecer, María se acostó cansada y con las piernas hinchadas, apuntan sus hijas, pero una llamada suya de madrugada alertó de que se encontraba peor. "Ella era hipertensa y padecía del corazón y aunque recibió asistencia sanitaria se fue muy rápido", comentan. María siempre animada y muy activa participaba también en el Centro de Mayores de Corralejo y acudía algunos domingos al baile.

Su marcha repentina ha causado una gran conmoción y dolor entre sus amigos y familiares, ya que siempre colaboraba en todas las actividades que se organizaban y abría las puertas de su casa a periodistas y turistas que acudían a pedir ayuda o a preguntar por la historia del pueblo, anécdotas de su infancia y de la construcción de las viviendas por parte de las familias marineras.

Siempre alegre ofrecía café a los invitados y algo para reponer fuerzas.

María González participó en un reportaje de la Revista Vecinos de Fuerteventura, en el número del mes de noviebre de 2016, titulado ' Navegando en la Tercera Edad dela Vida. Una tarde con nuestros mayores'. En la citada publicación María reflexionó sobre la vejez y aseguró que la suya era mucho más agradable, tranquila y feliz que la que tuvieron sus padres o abuelos, en unos tiempos en los que se pasaban muchas n ecesidades. En la citada entrevista María destacó con mucha emoción su amor por su marido, hijos y nietos y que el único sueño que pedía antes de fallecer era ver resuelto el conflicto del casco viejo de Corralejo que ocasionó tantos disgustos a los mayores del pueblo.

Los habiantes de este núcleo siguen en la lucha judicial pero más de un centenar de sentencias dan la razón a los legítimos propietarios, y el final está cada vez más cerca para los residentes y descendientes de los primeros moradores. Un conflicto de especulación inmobiliaria por no haber registrado legalmente sus propiedades junto al mar.