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El baño más feliz de Sonia

Los vigilantes promocionan la silla anfibia, un recurso terapéutico para los turistas con movilidad reducida

Sonia se da un chapuzón gracias a los socorristas con la silla anfibia en la playa de El Castillo. FUSELLI

"Mi hija se llama Sonia, tiene una parálisis cerebral y le encanta bañarse en Fuerteventura, pero no cuenta con las mismas oportunidades que el resto de usuarios de la playa, y solemos quedar a una hora para su baño diario con los socorristas porque necesitamos la silla anfibia y su ayuda para poder entrar en el agua", resume la madre María Luisa Vela.

Esta familia veranea desde hace medios iglo en El Castillo y reconoce que este servicio es fundamental para las personas con alguna discapacidad, "nos ha cambiado la vida porque antes era muy complicado venir a la playa con mi hija que ya tiene 40 años".

Sonia disfrutó ayer por la tarde de un buen chapuzón feliz y alegre en el mar, algo que le ayuda a vivir cada día. "Considero que hay mucha gente con discapacidad, y se necesitan más sillas y también más accesos a la playa porque resulta bastante costoso llegar hasta la orilla con la silla de ruedas" demandó María Luisa.

"A mi me encanta Fuerteventutra y venimos habitualmente al Castillo, donde ya tenemos casa propia y es un lujo veranear aquí. En todo este tiempo hemos sufrido las numerosas barreras arquitectónicas que había para pasear, salir a comer o venir a la playa. Ahora ha mejorado bastante pero siguen existiendo muchos obstáculos, y problemas para moverse en silla de ruedas", cuenta esta madre. "Me he reunido muchas veces con las autoridades para indicarles los puntos negros en aceras, carreteras, pasos de cebra, el paseo y los accesos a la playa, y lo importante que sería crear nuevas entradas a la playa para mejorar la accesibilidad", detalla esta vecina.

El vigilante, Juan Quesada, afirmó que los socorristas permanecen atentos y prestan toda su ayuda para facilitar la entrada de los usuarios con discapacidad al mar. "Les animamos a utilizar la silla anfibia y los recursos que tenemos para que puedan bañarse con comodidad", manifestó Quesada.

Otro de los recursos que ha generado este verano en la playa de caleta de Fuste es la bicicleta acuática que permite vigilar a los bañistas por toda la bahía. "Es un vehículo que llama mucho la atención, y es muy práctico para los niños y familias que puedan estar cansados nadando y necesitan agarrarse a los flotadores de su base, y acercarlos a la orilla o sujetarse ante un caso grave mientras llegan a prestar apoyo el resto de compañeros", describe Quesada.

Un puesto de sosocrrismo tranquilo en esta playa majorera.

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