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Entrevista a Amparo Pacheco

"Con los hoteles llenos aumenta la carga de trabajo y acabamos agotadas"

"En el primer año de las Kellys Fuerteventura se ha logrados que se cumpla el convenio y denunciar ilegalidades", afirma la presidenta de las Kellys Fuerteventura

Amparo Pacheco reivindica con su camiseta de Kellys Fuerteventura que se respeten los derechos laborales. GABRIEL FUSELLI

¿Qué problemas sufren las camareras de piso este verano?

La carga de trabajo diaria es lo que más daño nos hace porque los complejos están llenos con muchas camas extras y una habitación menos para una camarera de piso supone poder trabajar con más calma, mejor y atender con más calidad al cliente que al final lo agradecemos todos y es positivo para Fuerteventura. Del mismo modo dos habitaciones más o tres supone una agobio y un estrés. Hay que luchar por la calidad en el trabajo y evitar la sobrecarga y la acumulación de tareas porque asumimos más y al final es muy negativo para nuestra salud. Nosotras seguimos siendo invisibles, llevamos un ritmo acelerado pero nuestro trabajo se ve, y nos esforzamos para cumplir con eficacia, dentro de nuestro horario laboral. Otro problema añadido es el de la temporalidad, los contratos a través de ETT, en los que no hay pagas, ni vacaciones. Este tipo de contratos son cada vez más frecuentes, cuando hay trabajo cogen a la gente y cuando baja despiden, y así no hay estabilidad en las plantillas ni calidad.

¿Cree que sirve para algo la cadena humana contra la precariedad que se celebró el día 16, en nuestra isla se eligió Morro Jable?

Sí, todo lo que se hace con entusiasmo y con la función de cambiar las cosas sirve. Para ser Fuerteventura conseguimos reunir a un centenar de trabajadores de diferentes puestos y categorías. Difundimos el acto en las redes sociales, y acudió gente sensibilizada, y pienso que todo suma para reivindicar mejoras salariales y laborales. Organizamos una protesta o manifestación y vemos que se resuelven problemas, la dirección toma medidas y se solucionan conflictos. No obstante, existen casos de cadenas hoteleras que hacen oídos sordos y allí trabajar es especialmente duro porque hay amenazas desde arriba a los trabajadores y los explotan, pero hay que denunciar y llegar hasta el final para defender los derechos y la calidad en el empleo. Nosotras lo hemos hecho, llevamos unas diez denuncias en lo que va de año en Fuerteventura, aunque corresponde a los sindicatos esta función pero vemos que están anestesiados o doblegados ante el poder. Hace falta un mayor apoyo de los sindicatos que son los que están en la mesa negociadora.

¿En julio cumplieron un año como colectivo las kellys en Fuerteventura. ¿Cuáles son los principales logros conseguidos?

Muchos porque era un sector disperso, roto, y se ha conseguido que se cumpla el convenio, que se revise la normativa, que reconozcan nuestra labor. La unión de las Kellys ha sido nacional se creó hace un año en Barcelona, en cada una de las islas, en Benidorm. No se hacían evaluaciones ergonómicas, no había controles de horarios, ni se garantizaba la prevención de riesgos, no quedaba reflejada la carga física laboral, pedimos que se hagan partes de trabajo con entradas y salidas. Hemos conocido complejos que contrataban a personas como limpiadoras y hacían habitaciones, les bajaban la categoría. Había de todo y se están consiguiendo avances, que mejoren las condiciones y que se cumpla con la normativa.

En un año han convocado muchas concentraciones, asambleas. ¿Han logrado hacerse visibles?

Como colectivo este año hemos organizado muchas concentraciones fuera de complejos nos hemos hecho visibles porque era necesario. Teníamos que decir basta ya de tanto abuso. También en algunos casos hemos suspendido a última hora convocatorias porque han llegado a acuerdos con la dirección. En un año nos henos reunido con la Inspección de Trabajo en Fuerteventura, con colectivos, partidos políticos, Gobierno del Cabildo. Tenemos una asociación muy organizada por las zonas norte, centro y sur; celebramos asambleas y estamos cada vez más unidas. Aunque carecemos de datos exactos en la Isla trabajan como camareras de piso unas 3.000 o 3.500 personas.

Fuerteventura vive del turismo y ustedes son el alma de ese sector. ¿Cree que los empresarios están haciendo los deberes para fidelizar al cliente?

En absoluto, primero había crisis, aunque en el turístico en Fuerteventura no lo hemos notado. Los hoteles han estado llenos siempre, nos beneficiamos de los conflictos en países cercanos pero no han sabido ganarse a ese nuevo cliente. En general pienso que se le ha tratado bastante mal, se aprovecharon de la crisis para explotar más a los trabajadoras, se limpiaba a todo correr. En el bar la atención también muy floja por la saturación de trabajo. Ahora que dicen que estamos saliendo siguen los contratos temporales y precarios.

¿Deberían optar a una jubilación anticipada?

Sería ideal como ocurre con la minería pero creo que eso es un largo camino, y lo principal para nosotras es conseguir calidad en el trabajo, para que de momento podamos llegar a los 65 años con salud. La única enfermedad reconocida es la del túnel carpiano, pero hay otras muchas: artrosis, hernias discales y cervicales, dolores de huesos que nos obligan a abusar de medicamentos y coger bajas.

¿Los empresarios respetan sus dos días de descanso?

Depende de cada hotel, pero en general los turnos son de cinco días, y dos libres. Si hay mucho trabajo hacen cambios y piden que se descanse sólo uno, de este modo acumulas días libres que luego se convierten en un problema porque no los puedes coger. Se hace un esfuerzo, la salud se resiente y luego vienen los problemas.

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