El pequeño Islote de Lobos, una de las joyas naturales de Fuerteventura, se ha convertido en un paraíso en decadencia. La aglomeración de visitantes, especialmente durante los meses de verano, superando con creces la capacidad de carga de este frágil territorio pone en peligro este Parque Natural. La falta de control de visitantes, la nula vigilancia, los negocios que se han creado en torno a la pequeña isla y la anarquía que han permitido las autoridades insulares augura un futuro incierto para el edén de los majoreros.
El grupo político Podemos alertó ayer sobre la sobreexplotación que está sufriendo la isla de Lobos debido a una presión humana "desproporcionada y descontrolada, al no respetarse la capacidad de visitantes diarios que fija su plan rector, 200, y se llegue a picos de 2.000.
El portavoz del Podemos en el Cabildo de Fuerteventura, Andrés Briansó, denunció esta situación ye informó que su partido propone un control "estricto de visitantes, el balizamiento de las zonas de baño, con especial cuidado de la zona del Puertito y la restricción del acceso a embarcaciones, que solo puedan desembarcar en el muelle principal".
También solicita la formación morada la asignación de un agente medioambiental exclusivo para Lobos, "así como instar al Ministerio de Medio Ambiente a que aplique la Ley de Costas para que inicie y complete los procedimientos sancionadores de construcciones y vertidos ilegales y desarrolle los expedientes de demolición necesarios".
En opinión de Briansó, a ese espacio natural llegan "tres barcos de línea desde Corralejo, dos procedentes de Lanzarote, siete catamaranes, tres veleros y aproximadamente diez zodiac taxi, embarcaciones que realizan excursiones desde Corralejo y algunas de ellas completamente ilegales".
El portavoz de Podemos ha mostrado su preocupación ante el hecho de que "Coalición Canaria (CC) haya encargado un estudio a medida donde se plantea subir la capacidad de carga a 700 personas, algo que creemos podría dañar seriamente este espacio natural".
El grupo de Podemos en el Cabildo majorero denunció que faltan recursos humanos para poder realizar labores de vigilancia, "pues sólo existen ocho agentes para toda Fuerteventura, mientras que hay otras cuatro plazas vacantes, con partida presupuestada, pero sin interés por cubrirlas por parte del Gobierno insular (CC-PSOE)".
Briansó aseguró que debido a la incapacidad de organizar los recursos humanos, existe una "llamativa falta de planificación de las jornadas, sobre todo a la hora de cubrir vacaciones y bajas, además de falta de medios, haciendo necesario dotar a los agentes con la tecnología necesaria para facilitar su labor de cuidado y vigilancia".
Descontrol
El descontrol se ha apoderado de la isla de Lobos. La escasa sensibilidad del Cabildo de Fuerteventura, que gestiona el Parque Natural y la Zona Especial de Aves, viene provocando estas situaciones. Ni vigilancia, ni control de visitantes, ni fiscalización de las embarcaciones que realizan excursiones clandestinas e incluso fiestas privadas en la playa de La Concha o en las inmediaciones del litoral con el consiguiente ruido para la fauna marina y terrestre. La masificación sobre el islote también pone en peligro las más de 130 especies vegetales, algunas endémicas.
