Todos los caminos y veredas de Fuerteventura tenían ayer desde madrugada un mismo destino: el poblado de Vega de Río Palmas, lugar donde se encuentra el santuario de la Virgen de La Peña, Patrona de los majoreros. La isla celebraba su día festivo con la celebración de la romería y la tradicional ofrenda. A la entrega de prebendas a la Patrona asistieron el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, así como el presidente del Partido Popular (PP) canario, Asier Antona, al margen de un amplio número de autoridades regionales, insulares y locales.

Cientos de personas se acercaron hasta la ermita para venerar a La Peña. Desde primera hora de la mañana los caminantes emprendieron el camino desde diversos puntos de la geografía majorera para evitar el calor. Una serpiente de color se vislumbraba por las montañas rumbo a La Vega. Numerosos vecinos decidieron emprender el camino de día para disfrutar de la jornada junto a sus hijos. El fervor y la devoción a la Patrona se puso un año más de manifiesto durante todo el día de ayer. El pequeño pueblo de La Vega fue un hervidero continuo de gente.

La romería volvió a concentrar frente a la Majada de la Vieja a los romeros, aunque en menor número que el pasado año. Tanto el Cabildo como el Ayuntamiento de Betancuria deben adoptar medidas para potenciar más este evento religioso-festivo antes de que entre en franca decadencia. Además, el resto de Consistorios deben implicarse más en la colaboración que prestan, pues no solo basta con una carreta tirada por un burro. El futuro de las fiestas de La Peña , al menos en cuanto al éxito de la romería, pasa por una estrecha colaboración institucional. El mejor ejemplo de un evento de estas características se localiza en la romería de San Miguel, en Tuineje, una de las más multitudinarias no solo de la isla sino de todo el Archipiélago canario.

Un amplio dispositivo tanto por tierra como por aire, compuesto por más de 130 personas velaban por la seguridad de los peregrinos. En la operación se establecieron las medidas emanadas por el Ministerio de Interior respecto al nivel 4 de la lucha antiterrorista. Tanto es así, que un helicóptero de la Guardia Civil

La comitiva recorrió el cauce del barranco de Betancuria animada por los parranderos. Carretas tiradas por burros de raza majorera, camellos y varios caballos fueron la representación animal. En el bando humano, varias agrupaciones folclóricas, entre ellas la de Tetir, y un buen número de romeros acompañaban a las carretas tiradas por burros. Dos de ellas, la de Puerto del Rosario y La Oliva estaban dedicadas al mar. Una de los carromatos más esbeltos fue el del Cabildo de Fuerteventura dedicado al gofio. La mano del diseñador Silvestre Chacón fue determinante para plasmar sobre la carreta todo el proceso de elaboración de este producto canario.

La imagen de la Patrona fue colocada en el pórtico de la ermita. Allí, el vicario general de la Diócesis, Hipólito Cabrera, acompañado del párroco de Betancuria y Antigua, José Luís Cabrera, y de Cristóbal Rodríguez, cura majorero que se encuentra al frente de la parroquia palmera de Breña Alta, recibían los obsequios de los peregrinos, que serán destinados a las familias más necesitadas.

Un año más, el guión de la ofrenda fue idéntico al de ediciones anteriores. La familia del pastor majorero Vicente Hernández fue fiel a su cita con La Peña. Acompañado de su cabras y de sus nietos depositó a los píes de la Virgen varios quesos. Y así fueron desfilando vecinos y representantes de los distintos ayuntamientos.

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, y el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, fueron los encargados de portar el cesto con productos de la tierra que ofreció la corporación insular a la Virgen, mientras que el consejero insular de Cultura, Juan Jiménez, acompañó a la consejera regional de Educación Soledad Monzón.

Promesas

Los majoreros demostraron ayer su devoción hacia su Patrona. Las colas para poder acercarse a la Virgen se prolongaron en las inmediaciones del templo. Se vivieron momentos de emoción y fervor, especialmente cuando Juana S. P. accedió al interior del santuario de rodillas. "Vengo a pagar una promesa. Mi marido se puso malito y le pedí a la Virgen de La Peña que si se curaba venía a verla. Gracias a Dios me concedió su curación", señaló visiblemente emocionada.

Pablo V. C., llegó a La Peña desde Morro Jable. También tenía pendiente que pagar un favor divino a la Patrona. "Disculpe que no le diga que promesa hice, porque es algo personal. Solo le puedo decir que la Virgen escuchó mis plegarias".

La fiesta continúa hoy en Vega de Río Palmas con el acto religioso más estelar. A las 12.00 horas se celebrará en la plaza pública la solemne eucaristía que estará presidida por el Obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases. Posteriormente, se llevará a cabo la tradicional procesión por las calles aledaños del santuario. Luego llega la hora del puchero.