Las calles de la capital majorera se llenaron ayer de público para festejar el día grande en honor a su patrona la Virgen del Rosario. La Plaza de la iglesia reunió a cientos de familias engalanadas para participar con alegría y devoción en los actos religiosos en la iglesia. A mediodía no cabía un alma en la iglesia para la función, presidida el reverendo Don Eloy Santiago, párroco de San Pedro de La Isleta (Gran Canaria), también acudió como invitado un religioso que estuvo destinado en la parroquia portuense, Agustín Monroy, junto al de San Ginés de Lanzarote, el capellán castrense y el párroco de Puerto del Rosario Agustín Medina Medina.

La gente se agolpó en el templo para escuchar la homilía dedicada al testimonio de la vida cristiana en el mundo de la familia, "y la vida del misionero teniendo a María como referente en su labor evangelizadora".

Entre vivas e ilusión la gente recibió a la Virgen en la calle. a su salida de la iglesia, momento en el que Carlos Javier Vera soltó 200 palomas para acompañar a la patrona mientras se lanzaba la traca de pólvora. "Todos los años traigo mis palomas en varios cajones y las soltamos en honor a la Virgen del Rosario para que nos traiga suerte a todos los majoreros, es ya una tradición" explicó el vecino del Grupo Colombófilo de Puerto. "Cuando regreso a mi casa ya están todas en el palomar", aseguró.

La música de la banda de Agaete animó la procesión religiosa, que este año resultó multitudinaria, a pesar del calor reinante.

Numerosos turistas que arribaron al muelle de la capital en dos cruceros al amanecer se unieron a la fiesta, y disfrutaron con la música y el brindis popular en la Plaza del Rosario. Los asistentes inmortalizaron la jornada con fotografías y vídeos para recordar este día inolvidable.

El independentismo catalán y sus consecuencias fueron algunos de los temas de conversación de los majoreros durante el refrigerio. El maestro jubilado, Paco Domínguez, que acudió con su esposa y amigos a la fiesta religiosa dijo que todos los años pide a la patrona "mucha salud para todos, pero este año tengo un dolor con el tema catalán y le he pedido que se solucione para tener un país unidos y con más riqueza porque estoy preocupado" afirmó. Tras los actos festivos se retiró a comer el puchero canario en familia.

Otra vecina que nunca falta a esta jornada festiva es Martina Monserrat Cabrera. A sus 77 años acude con agilidad y buena salud a la misa y procesión religiosa. "Soy muy devota de la Virgen, y en casa se celebra este día por todo lo alto, cocino el puchero con mis hijas en mi casa de la Charca, que se queda chica para la comida familiar" desveló con simpatía Martina.

Vecinos mayores de la capital y de todos los pueblos del municipio se dieron cita en la misa y procesión en honor a la Virgen del Rosario para encontrarse y charlar con sus amigos y familiares en la Plaza. "Vengo desde el pueblo de Ampuyenta, y este día me encanta, ahora me voy a comer el puchero con mi familia, y luego voy al recinto ferial" reconoció Justo Carballo, con 70 años.