Los almanaques en Fuerteventura retrocedieron ayer 277 años. De esta forma, el calendario marcaba el mes de octubre de 1740, una fecha que ha quedado grabada en los anales de la historia de la isla. Fue el año en que los majoreros vencieron en dos ocasiones a los piratas ingleses que trataron de saquear la tierra majorera. Las batallas de El Cuchillete y Tamasite están vinculadas no solo a la mencionada gesta histórica, sino a la memoria colectiva de un pueblo que creyó en sus propias posibilidades para vencer a un enemigo mucho más poderoso.

La playa de Gran Tarajal acogió ayer la tradicional recreación del desembarco de los corsarios británicos para conmemorar la citada efemérides histórica. El evento, que tuvo una magnifica puesta en escena, se encuentra enmarcado dentro del programa de actos de las Fiestas Juradas de San Miguel Arcángel, que se celebran anualmente en el pueblo de Tuineje, y que están declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) y fiestas de interés turístico de Canarias, aunque todo indica que próximamente alcanzarán la categoría de fiesta de interés turístico nacional.

La avenida marítima de Gran Tarajal volvió a congregar a cientos de personas que quisieron disfrutar de una representación de alta calidad en un escenario al aire libre. Una vez más el evento fue un rotundo éxito hasta el punto de haberse convertido en un referente cultural no solo en Fuerteventura sino en el resto del Archipiélago, gracias a la labor de la Asociación 'Más Ruines que Caín' y de los propios vecinos de Tuineje, cariñosamente llamados ' moriscos'.

La puesta en escena se localiza en la bahía de Gran Tarajal que se convirtió en un campo de batalla. En el horizonte se divisa el velero 'Gloria', autoconstruido por un carpintero de ribera y con puerto base en Lanzarote, que enarbola la bandera del Reino Unido. A bordo, unos 40 hombres fuertemente armados. El capitán divisa en la playa a un grupo de majoreros y lanza varios cañonazos para advertir de su presencia.

En el litoral de arena negra, un grupo de vecinos cargaban cajas de mercancías llegadas a la isla, mientras que pescadores y mujeres, ataviados con la vestimenta tradicional, recogían un trasmallo tras una jornada de pesca. También, se localiza en el mismo lugar a varios campesinos que habían llegado para participar en el trueque del pescado por productos de la tierra. Inmediatamente emprenden la huida conocedores del peligro que representa los corsarios ingleses. Desde el mismo momento en que los británicos tocan tierra comienzan a disparar de forma indiscriminada contra los majoreros que huyen despavoridos para avisar a los pueblos del interior de la llegada de los piratas.

Todo el relato de esta historia era narrada en castellano y en inglés, por el profesor Ian David Maw, a fin de que los muchos turistas que presenciaban las escenas conocieran los hechos.

Juan José Cabrera, presidente de la Asociación 'Más Ruines que Caín', alma mater de este espectáculo, mostró su satisfacción por el desarrollo del evento teatralizado.