La Audiencia de Las Palmas ha impuesto 50 años de cárcel al director de la batucada infantil Besay por abusar de los alumnos a los que daba clases de música, tal y como solicitaba la sección especializada de la Fiscalía de Delitos Informáticos de Las Palmas.

El juicio contra Eduardo Paz se celebró a finales de septiembre a puerta cerrada durante tres sesiones en Puerto del Rosario, entre grandes medidas de seguridad para evitar agresiones de los padres, en Fuerteventura, hasta donde se desplazó la Sección Segunda de la Audiencia de Las Palmas para enjuiciar los hechos.

La Fiscalía de Delitos Informáticos reclamaba una pena de 77 años de cárcel para el director de la batucada por los delitos de abuso sexual y exhibición de pornografía, once delitos a los que finalmente ha sido condenado Eduardo Paz pese a negar los hechos en el juicio.

La clave de la condena reside, además de en la declaración de los menores, en la gran cantidad de material pornográfico encontrado por la policía en los dispositivos informáticos del acusado.

El caso se comenzó a investigar por el juzgado gracias a la denuncia de uno de los padres de los menores en la Comisaría, a la que posteriormente se unieron otras familias, tras la confesión de sus hijos sobre los tocamientos por parte de Eduardo durante los campamentos y las clases de apoyo. Eso motivó la detención del director de la batucada, también miembro de la Cámara de Comercio de Fuerteventura, a principios de septiembre de 2014, y su posterior ingresó en la cárcel, donde ahora deberá cumplir la condena.

Y es que la sentencia viene a acoger la posición sostenida por el Ministerio Fiscal, cuya Sección de Delitos Informáticos es a la que competen generalmente los asuntos de pederastia por el uso de ordenadores. El caso lo llevo desde el principio hasta el final la fiscal Sara Pérez-Olivares, que ha sido felicitada por sus superiores, así como al ponente del fallo y la labor del Grupo de Delitos Telemáticos y del Grupo de Informática Forense, de la Policía Nacional en Las Palmas.

La sentencia es suceptible de recurso ante el Tribunal Supremo (TS).