Antonio Darias Fajardo (La Oliva, 1933-2017) falleció ayer a los 84 años de edad. El que fuera durante 20 años concejal del Ayuntamiento de La Oliva, en concreto primer teniente de alcalde durante toda la etapa del alcalde de Domingo González Arroyo, dejó una profunda huella durante su paso por la política. Hombre cercano y amable siempre estuvo al servicio de los vecinos.

Los restos de Darias se encuentran en el tanatorio Padrón de La Oliva. Allí le velan su esposa Carmela Umpiérrez Fajardo y sus cinco hijos: Rita, María del Carmen , Antonio y Elena, así como sus siete nietos y numerosos vecinos que han querido darle un último adiós y acompañar a la familia en estos tristes momentos.

Ha formado parte activa de la política norteña desde el año 1983 donde ostentó los cargos de primer teniente alcalde, concejal de Urbanismo, así como otros cargos en el Consistorio de La Oliva hasta el 2003, año en que entregó su acta de concejal y que coincidió con el acceso de Claudina Morales a la alcaldía tras arrebatarle la mayoría absoluta que disfrutó González Arroyo de forma ininterrumpida durante 24 años.

Nacido en el seno de una familia humilde, en el pueblo de Vallebrón, emigró a Venezuela en septiembre de 1957 como tantos canarios buscando un futuro mejor para su familia. Hasta aquel país se desplazó en principio en solitario y años más tarde reclamó la presencia de un hermano, su mujer Carmen y su hija Coki, interventora accidental del Ayuntamiento de La Oliva, cuando tan solo contaba con un año de edad. En aquel país permaneció durante 15 años trabajando en los sectores de la construcción y transportes de mudanzas. Residió la mayor parte del tiempo en Caracas, aunque también vivió en Maracaibo.

Regresó a Fuerteventura en 1972 . Aquí comenzó a trabajar como encargado en la empresa de construcción de Antonio Hormiga hasta que fundó su propia empresa constructora, al frente de la cual se mantuvo durante 25 años, fecha en que puso fin a su vida laboral.

Antonio Darias ha sido un personaje popular en su municipio natal y en la propia isla. Supo ganarse la confianza de sus vecinos que lo recuerdan en su época de concejal como un hombre afable, tranquilo y muy cercano.

Su casa de Vallebrón siempre estuvo abierta no solo para los vecinos y sus amigos sino para quienes se acercaban a consultarle cuestiones relacionadas con la actividad municipal. Siempre demostró un enorme compromiso para defender los intereses generales de los vecinos y del propio municipio.

Antonio Darias destacó en vida por su seriedad y rectitud lo que le hizo ganarse el respeto no solo de los compañeros de partido sino incluso de la oposición. Fue el hombre de confianza de González Arroyo, no en vano el exalcalde siempre encontró en Darias uno de sus máximos colaboradores.

La noticia de la muerte del exconcejal norteño se extendió por la isla como la pólvora, por el enorme aprecio que le tenían los majoreros. El fiel reflejo de esa admiración se localizó durante la jornada de ayer en el tanatorio donde numerosas personas se dieron cita para arropar a la familia y darle el último adiós a un majorero auténtico.

Antonio Darias fue un caballero en el máximo sentido de la palabra. Excelente persona, esposo y padre. El pueblo de Vallebrón y el municipio de La Oliva echarán de menos su presencia, especialmente durante los actos de las fiestas de San Juan y su tradicional puchero.