Los estudios científicos han determinado que los restos óseos encontrados durante las obras de la nueva carretera de Pagador (Moya) a Guía datan del periodo comprendido entre los años 980 y 1030 (d.C.). Cuatro individuos fueron localizados en una grieta en el acantilado de San Felipe, y otros dos adultos y un niño en una cueva natural, en zonas usadas en ambos casos como lugares de enterramiento por los aborígenes grancanarios.

El hallazgo de los restos humanos es "único hasta el momento en el marco arqueológico insular", según la Consejería de Obras Públicas, que recurrió a un laboratorio especializado en Miami para fijar la antigüedad de los esqueletos.

El seguimiento arqueológico se incluye dentro de los trabajos de construcción de la ampliación de la carretera entre Guía y Moya. Precisamente, en el acantilado de San Felipe se han localizado numerosas cuevas de interés arqueológico, además de un tramo del Camino Histórico de San Felipe, tal y como publicó el año pasado este periódico.

Y este mismo año se encontraron nuevos restos humanos de niños, pendientes aún de datar, así como numerosas cuevas y solapones susceptibles de albergar nuevos restos prehispánicos. Hay que tener en cuenta que la proximidad con el Cenobio de Valerón hacía presagiar la posible aparición de yacimientos de gran interés, como son estos casos. Los hallazgos han obligado a la modificación del proyecto en uno de los viaductos para evitar su afección.

Por otro lado, la Consejería acaba de adjudicar a una consultoría, por 1.380.828,32 euros, la redacción del proyecto de construcción de la nueva Variante de Bañaderos (carretera Arucas-Pagador), aunque aún está pendiente de decidir si la carretera se enterrará a su paso por la costa de Arucas, como piden alcaldes y ecologistas, o bien el trazado discurrirá sobre tierra. El Gobierno está pendiente de los estudios técnicos encargados.