Aureliano Francisco Santiago Castellano cumple el 19 de abril tres décadas de permanencia ininterrumpida en el salón de plenos. En este tiempo, el regidor nacionalista ha ostentado el bastón de mando durante 22 años. Sólo ha estado 8 en la oposición. Unos datos y una efeméride que despiertan todo tipo de opiniones.

Tenía treinta años y nueve meses cuando se sentó por primera vez en el sillón de la Alcaldía de Telde. "Es soltero, confiesa no tener novia y vive en Las Remudas", decía la crónica publicada el 25 de abril de 1979 en el Diario de Las Palmas. Aureliano Francisco Santiago Castellano se convirtió entonces en el primer regidor democrático de la ciudad gracias a un pacto multicolor que sirvió para desalojar del poder a Alejandro Castro.

Treinta años después, el líder de Nueva Canarias (NC) sigue siendo el presidente de la corporación. Y también lo sigue siendo gracias a un acuerdo en el que los socialistas son, junto a él, los únicos supervivientes al paso del tiempo y a ese inescrutable mundo que es la política.

Según el calendario, Santiago ha pasado ya la mitad de su vida en las Casas Consistoriales y las oficinas municipales de San Juan. En la actualidad, es, de largo, el regidor más veterano de toda Gran Canaria con seis mandatos. Veintidós años de gobierno con compañeros de travesía de muy variado corte ideológico y ocho años en la oposición (1987-1991 y 1999-2003) en los que no renunció al acta de concejal. En el último de estos dos periodos fue nombrado presidente del Consejo Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

El nacionalismo en Telde no se entiende sin él, y sus repetidas comparecencias ante las urnas -bajo distintas organizaciones, con el consiguiente apoyo de los electores o el respaldo posterior de otras formaciones- le han llevado a alcanzar estos dígitos. Si un rocambolesco acuerdo no lo impide, Santiago cumplirá 24 años como alcalde en la ciudad de Telde. Aún es pronto para saber si querrá -o le pedirán- repetir candidatura en 2011, pero lo que sí es cierto es que su presencia continuada en la institución ha dado pie a todo tipo de opiniones.

El municipio que se encontró tras tomar posesión dista mucho del actual. Para empezar, la población de 1979 era de 52.000 vecinos -hoy día ya son más de 100.000- El 80 por ciento de la población escolar recibía enseñanza en garajes o salones arrendados. Sólo existía una consulta y una cancha deportiva. La inmensa mayoría de los barrios no tenían suministro continuo de agua, ni de luz, y en el consistorio -con un presupuesto que suponía menos del 2 por ciento de las cuentas de 2009- tenían plaza apenas 200 funcionarios frente a los casi mil que hoy están en nómina.

TRANSFORMACIÓN. Mucho ha cambiado. La aprobación del primer Plan General de Ordenación Urbana y la creación del Polígono de Jinámar fueron dos de los hitos que con más fuerza han quedado grabadas en la mente de todos los que han vivido esta evolución.

Marcelino Galindo (1987-1991), Francisco Valido (2003-2006) y Francisco Santana (diciembre 2006-mayo 2007) son los únicos que han sucedido en el puesto a Santiago. Más de cien concejales han pasado por el Ayuntamiento y, si en 1999 los únicos que se mantenían de los comicios de 1979 eran el actual alcalde, Julián González y Marcelino Galindo, hoy sólo queda el primero de ellos.

Hay quienes creen que debería haberse retirado hace tiempo. También hay quienes opinan que si está de alcalde es porque los votantes así lo han decidido. Lo que está claro es que no deja indiferente a nadie.