Entre las tumbonas y el gentío de bañistas pasa una mujer de rasgos orientales. En una mano lleva una bolsa de plástico con dos botellas, una de aceite y otra de agua. Con la otra muestra a los bañistas una hoja plastificada en la que se ve un cuerpo humano y un buen número de letras chinas para ofrecer las técnicas del masaje terapéutico chino, una disciplina también llamada Tui Na, con una historia de más de cinco milenios.

En la zona de hamacas de las principales playas del sur de Gran Canaria se ha hecho habitual la figura del masajista chino. Su actividad se realiza al margen de la ley, sin pagar impuestos ni poseer un permiso sanitario específico, por lo que tanto en San Bartolomé de Tirajana como en Mogán se empiezan a tomar medidas, que normalmente, ante el vacío legal no pasan de la identificación y el decomiso de las cremas. Desde el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Canarias señalan que ninguno tiene la formación adecuada ni los mínimos requisitos higiénicos sanitarios exigibles, por lo que existe un riesgo real de contagio de enfermedades dermatológicas y de posibles lesiones en espaldas enfermas, ocasionadas por los dedos inexpertos.

El masajista molesta y atosiga a los bañistas en su descanso, muchas veces empiezan el masaje sin la autorización del cliente, utilizan lubricantes y cremas de baja calidad o incluso aceites de cocina, que con la exposición al sol puede producir quemaduras. En Playa del Inglés un grupo de seis o siete asiáticos trabajan la zona de las hamacas frente al centro comercial Anexo II.

Las tarifas ofrecen desde veinte minutos de terapia por 15 euros, a 35 euros por 45 minutos de masajes. En otras ocasiones el ofrecimiento consiste en 15 euros por un masaje de espalda y cuello o 20 euros por un tratamiento de cuerpo entero y siempre cobran por adelantado por si tienen que huir.

El concejal de playas de San Bartolomé de Tirajana, Jerónimo Guedes, se confesó preocupado cuando reconoce que reciben muchas quejas por esta práctica, prohibida por una ordenanza municipal.

"La policía está actuando, les detiene y les decomisa, pero cada vez hay más y los turistas se quejan. Estamos intentado controlarlo porque es muy importante que la persona que viene a esta isla a descansar se encuentre cómodo en nuestras playas, que son nuestro principal atractivo", apunta Guedes.

"Son gente que aunque tengan permiso de residencia en muchos casos no la tienen aquí o se declaran insolventes por lo que la policía se ve impotente", señala Jerónimo Guedes. "Nosotros lo intentamos controlar, pero nos vemos limitados en muchos casos por lo que le hemos pedido a la delegación del Gobierno que vigile este tema", apunta Tomás Lorenzo, concejal de playas de Mogán, para añadir: "en mi opinión, la delegación debe tomar medidas ya que son los que dan el permiso de trabajo y es el órgano que tiene competencias en extranjería".