Tener tiempo para estar con el bebé, darle de comer y ver cómo crece. Éste es el lujo que, según algunas familias, ha traído la crisis económica y el consecuente aumento de desempleo. Las guarderías infantiles municipales del Sureste ya no saben lo que es una lista de espera, todo un récord teniendo en cuenta que hasta hace dos años más de 150 niños esperaban una plaza. Los padres que pedían solicitudes para sus hijos se dan de baja a marchas forzadas. La razón es quedarse sin trabajo y por lo tanto criarlos en su casa y ahorrarse el dinero de la guardería.

Ramón López, gerente de las Escuelas Infantiles Municipales de Santa Lucía, asegura que "en este curso las cuatro guarderías de las que dispone el municipio están completas pero sin lista de espera. Esto es un desahogo tras muchos años de demanda".

Santa Lucía dispone de escuelas municipales infantiles en Los Llanos, Sardina, El Doctoral y El Canario, que acogen a 430 niños. Aunque estos centros facilitan el día a día de los padres, la mayoría asegura que el hecho de criar a sus hijos supone un retorno a "la antigua educación".

Por su parte, Agüimes cuenta con la escuela infantil municipal Sarantontón, en Cruce de Arinaga, donde también se han notado estos cambios. De momento las veinte inscripciones menos que el curso anterior corroboran esta situación. Tener a un bebé en la guardería municipal de Santa Lucía cuesta entre 48 y 135 euros dependiendo de la situación financiera de los padres. En la mayoría de los casos, los niños comen en los centros. Por ello los padres que han tenido que dar de baja a sus hijos, aseguran que "la conexión que se manifiesta entre padres e hijos ante un contacto diario es mejor y hay más entendimiento", por lo que el paro no sabe tan amargo.