Unos cuarenta años después de la construcción de los grandes puentes de Silva, el norte de Gran Canaria recibe la segunda gran inversión en carreteras de su historia: 260 millones de euros con los que se intentará no sólo desterrar los atávicos atascos de la zona, sino impulsar un desarrollo que no ha llegado por culpa de sus nefastas comunicaciones.

"Ya se puede decir que se ve luz al final del túnel", reflexiona Antonio Perera, alcalde de Moya y presidente de turno de la Mancomunidad de Municipios del Norte. El túnel que menciona Perera es el gran colapso circulatorio que no sólo ha venido taponando el tráfico de 60.000 vehículos procedentes del norte de la Isla y que como en un fonil han venido durante años atragantándose camino de la capital grancanaria, sino también el enorme tapón que ha supuesto para el desarrollo normal de una comarca de más de cien mil habitantes y diez municipios.

En toda la historia de la antigua parte rica de Gran Canaria, la que durante toda la primera mitad del pasado siglo XX hacía de locomotora del resto a golpe de platanera, no ha existido nunca una masiva inversión como la que está recibiendo en este año en materia viaria. Ni siquiera la construcción a finales de los años 70 de los puentes de Silva, en su momento uno de los más altos de España, puede acercarse remotamente a lo inyectado y lo que queda por inyectar en los próximos meses.

Son en total, como calcula el titular de la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, Juan Ramón Hernández, unos 260 millones de euros, con los que, de alguna manera, se pretende compensar un retraso de nada menos que 40 años, si se tiene presente que cuando se inauguraron los citados puentes de Silva se había iniciado la expropiación de los terrenos por los que hoy en día se está ejecutando el cuarto carril entre el cruce de Arucas y el de Bañaderos.

Manifestaciones, caminatas desde Gáldar a la capital, protestas, promesas electorales, todo el elenco vecinal y político no logró durante décadas activar la carrucha en el Norte, unas veces por falta de presupuestos y las más por discrepancias políticas sobre el trazado, principalmente en la denominada variante de Bañaderos, una polémica ruta propuesta por el Ayuntamiento de Arucas y que está pendiente aún del Tribunal Supremo para dirimir su futuro o para descartarla para siempre.

Con toda esta maquinaria en marcha ampliando carriles, construyendo puentes y túneles desde Guía hasta Arucas, y desde este último punto hasta Tamaraceite en breve, el consejero de Obras Públicas resalta dos momentos claves para los residentes del Norte: en la segunda mitad del próximo diciembre se acabarán las colas. "Espero", dice, "que para esa fecha no exista ni un solo atasco para entrar a la capital desde el Norte".

El segundo capítulo tendrá lugar a finales de 2011: "Un señor de Agaete podrá llegar en cualquier hora punta a Las Palmas de Gran Canaria fluidamente a una media de unos 75 kilómetros por hora de media", y con dos alternativas, la actual entrada por los túneles de Julio Luengo o por la mismísima circunvalación de la capital, lo que unirá el norte con el sur de Gran Canaria en unos tiempos impensables a día de hoy.

Por un lado, mejorar la actual obra que se realiza entre el Pagador y Guía, para lo cual esta misma semana se ha aprobado en Consejo de Gobierno una modificación del proyecto que incluye 10 millones y medio más de euros, de los 64 iniciales, y 12 meses más de construcción, hasta 2011. Otro punto en el aire, de momento, es el denominado cuarto carril, una iniciativa que se inició con carácter provisional entre el cruce de Arucas en Cardones y Bañaderos. Según la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canaria la solución tendrá que ser revisada, tras la citada futura resolución del Supremo.

En cualquier caso, en 2011 se podrá salir de la villa de Agaete, probablemente con su puerto de Las Nieves en plenos trabajos de ampliación, y recorrer a 80 kilómetros por hora la ruta que lleva hasta Pagador, en la costa de Moya.

Allí la velocidad quedará reducida a 50 kilómetros por hora, tal como ocurre ahora en ese recorrido que pasa por delante de El Altillo, San Andrés y Quintanilla, y que dispondrá de nuevos pasos elevados para los peatones. Ese tramo finaliza en la rotonda de Bañaderos, que no será eliminada por motivos de seguridad para, a partir de ese punto, retomar de nuevo los 80 kilómetros por hora.

Y para el año 2012, en el cruce de La Granja, el conductor tendrá dos opciones. Seguir hasta los túneles de Julio Luengo o subir por la cuarta fase de la circunvalación, pasando por uno de los puentes más largos de Canarias, de más de medio kilómetro y por un nuevo túnel en Tenoya.