La creación de una línea ferroviaria entre Las Palmas de Gran Canaria y Maspalomas ya no tiene marcha atrás. Así lo aseguró ayer el vicepresidente del Cabildo, Román Rodríguez, en la clausura del ciclo de seminarios Gran Canaria: Tren y Futuro, por el que han pasado una veintena de expertos para explicar las ventajas de este modelo de transporte público.

"Yo no tengo ninguna duda de que no hay marcha atrás, y si alguien legítima y democráticamente llegara a plantearlo, mi impresión es que los ciudadanos de la isla no lo interpretarían bien", señaló Rodríguez, quien recordó que el futuro tren tiene el apoyo unánime del Pleno del Cabildo, de todas los fuerzas políticas con representan a los grancanarios y de los seis ayuntamientos afectados. "Aunque no estuviéramos nosotros, eso nos hace pensar que el tren de Gran Canaria ya no hay quien lo pare, porque todos apostamos por él", apuntó.

El vicepresidente del Cabildo sólo se arrogó el mérito de "darle un impulso político y tomar decisiones", pues recordó que desde hace treinta años se debate sobre la implantación de un tren en la isla. "Los documentos que han sustentado esta decisión son de la última década", precisó.

Frente a los escépticos, Rodríguez resaltó que en la implantación del tren no sólo supone una oferta más atractiva del uso del transporte público frente a la utilización masiva del coche privado. "Si captamos la inversión del Estado en esta materia -resaltó- estamos inyectado a la economía grancanaria la mayor inversión de su historia, que ayudará a tirar de la economía, a generar empleo directo e indirecto". Al respecto, fuentes del Cabildo citadas por Acn calculan que la construcción del tren va a generar unos 4.900 puestos de trabajo, 4.000 empleos mientras duren las obras y 900 para el mantenimiento y gestión.