Rafael Cabrera (Las Palmas de Gran Canaria, 1945) es el ingeniero industrial que ha planteado la instalación de un funicular en el Roque Nublo. De familia tejedense, estudió en la Escuela Superior de Ingeniería Industrial de Barcelona, donde fue compañero del ex presidente del Gobierno de Canarias Adán Martín.

- Desde que la plataforma que usted lidera hiciera pública la propuesta de un teleférico en el Roque Nublo no se ha hablado de otra cosa.

- Hicimos un lanzamiento publicitario y estamos contentos de la forma en que ha salido. Ha tenido la suficiente buena acogida por parte de los medios. El tema ha suscitado polémica, pero también contábamos con eso. No todo el mundo esta dispuesto en afrontar la polémica, pero a nosotros no nos preocupa mucho.

- A los ecologistas no les hace gracia la idea.

- Siempre estamos con eso del medio ambiente y del miedo ambiente, pero forma parte de las reglas del juego y hay que aceptarlo. Sin embargo, los apoyos recibidos compensan de tal manera las críticas.

- ¿Considera razonables esas críticas?

- Las críticas me parecen en general sin fundamento porque parte del no por el no y del desconocimiento absoluto de la propuesta que no nos afecta lo más mínimo.

- ¿El rechazo por impacto ambiental le parece que es insignificante?

- Yo no creo que sea eso. Es el no por el no. Ni conocen el proyecto ni su impacto. Lo único que saben es que va a parar cerca del Roque Nublo y con eso montan sus argumentos. Cada uno es dueño de tener sus opiniones. Nosotros también.

- ¿Qué le parece la opinión de la Administración pública?

- A nosotros nos ha gustado la opinión de los políticos. Todos dicen que en principio es una idea que puede ser positiva. Dicen que la idea hay que estudiarla y considerar si es viable, lo que no quiere decir que no se pongan medidas correctoras al proyecto.

- El proyecto es más complejo de lo que parece.

- Sí, éste es un proyecto multidisciplinar, donde hay estudios geológicos, medioambientales, climatológicos... España tiene además una legislación muy profusa y con un reglamento muy claro y extenso. Sin hablar de las reglamentaciones técnicas. Estamos en contacto con uno de los fabricantes más importantes del mundo.

- ¿Cuál sería el coste de la instalación?

- Bueno, hemos puesto una cifra estimativa que hemos extrapolado de otras instalaciones, que estaría entre los diez y los quince millones de euros. El funicular, que estará formado por dos vagones con capacidad para cuarenta personas cada uno, tendrá un recorrido de dos kilómetros y medio aproximadamente, desde el casco del pueblo de Tejeda a La Degollada del Roque Nublo.

- ¿Qué fue lo que le hizo plantear este proyecto?

- Yo tengo casa en Tejeda. Compré la casa de mis abuelos, la he reformado y ampliado en los últimos cinco años. Además, yo siempre he estado muy vinculado al pueblo, a la casa de mi padre. Veo la soledad del pueblo. Nunca había constatado el vacío del pueblo entre semana, parece un pueblo fantasma, despoblado. No hay un alma. Hasta la única tienda de mi barrio, en La Tosca, la han cerrado. Hay muchas casas vacías.

- ¿Cree que ésta puede ser una alternativa al despoblamiento?

- Creo que sí. Los argumentos de que no se deben poner estas instalaciones junto a monumentos naturales no me valen. En el Teide hay un teleférico y en los Picos de Europa otro. En Cataluña, en Montserrat, hay otro que se usa mucho. La empresa con la que estamos en contacto ha puesto 1.500 instalaciones. Están en todos sitios, incluso en lugares que son verdaderos iconos, como en el Mont Blanc, donde hay tres. Hay desde los Alpes hasta Gibraltar. Aparte de sacar del ostracismo al pueblo de Tejeda, conseguimos formar un icono de una gran atracción turística.

- El consejero de Medio Ambiente del Cabildo le ha puesto pegas legales al proyecto.

- Bueno, nosotros queremos que se estudie la idea, se la regalamos al Cabildo, nosotros no queremos protagonismo. Si el Cabildo acoge la idea nosotros nos retiraremos y le dejaremos paso. El Cabildo podría hacer la solicitud al Gobierno de Canarias. Se trata de una actividad recreativa de impacto nulo. Queremos que la gente se recree viendo el paisaje. La mitad de los turistas no puede subir al Roque Nublo por su propio pie.