La borrasca situada cerca de Madeira continúa teniendo bajo su zona de influencia a Canarias. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) acordó ayer prolongar la situación de alerta por fuertes vientos hasta el sábado, al menos en Tenerife, dado el "movimiento retrógrado" que está experimentando dicha perturbación. Es, en resumidas cuentas, un frente que debería enfilar la Península y, en condiciones normales, adentrarse en ella, pero que todo apunta a que en las próximas horas echará el ancla sobre Azores.

El Archipiélago vivió este martes su primera jornada en situación de riesgo con relativa tranquilidad. Apenas se detectaron algunas rachas de 85 kilómetros por hora en Izaña (Tenerife) y de 60 en La Aldea de San Nicolás (Gran Canaria), pero según Jesús Agüera, jefe de Predicción de la Aemet en las islas, "lo peor está por venir, especialmente a lo largo del miércoles".

Las alertas amarillas decretadas en El Hierro y La Gomera y las cumbres de La Palma y Gran Canaria, junto a la naranja fijada en el centro de Tenerife, proseguirán hoy y el jueves, pues, al esperarse rachas de viento que oscilarán entre los 75 y los 90 kilómetros por hora.

Ésa era la previsión para ayer y lo sigue siendo para este miércoles a pesar de que, en el caso de Gran Canaria, lo más llamativo fue la fina lluvia que mojó este martes la mitad sur de la isla: concretamente, a los municipios de La Aldea, Mogán, San Bartolomé de Tirajana, el Sureste, Telde y las localidades cumbreras. En este panorama de nubes y claros, también cayó alguna gota en Gáldar, mientras que en la capital grancanaria imperó un sol radiante que hizo que los termómetros marcasen un promedio de 23 grados.

Eso sí, en el aeródromo grancanario tuvieron que cambiar la configuración de la pista, de tal forma que los aviones aterrizaban con el morro apuntando hacia el sur. Una estampa muy llamativa desde Melenara.