Todos los días a la una y a las tres y media de la tarde Palmitos Park, en San Bartolomé de Tirajana, ofrece sendos espectáculos en su flamante delfinario, una piscina de cuatro millones de litros de agua salada en la que 'Roque', 'Nayé', 'Cris', 'Sargón' y 'Sunset' ofrecen un imposible catálogo de cabriolas y margullos que dejan al público sin aire.

Son demasiado listos para trabajar sólo por comida y si se aburren pues a lo mejor deciden que hoy no trabajan". Pep Lara es el jefe del flamante delfinario que estrena los Palmitos Park, en San Bartolomé de Tirajana, en el que un grupo de cinco delfines mulares, formados por los aún chiquillos Roque y Nayé -de seis años-, Cris, de cinco; y los veteranos Sargón y Sunset, de 13 y 15 años, ofrecen a diario dos espectaculares sesiones a la una y a las tres y media de la tarde.

En las tres piscinas de cuatro millones de litros de agua salada y durante unos 25 minutos el quinteto logra encandilar, con mucho, a los centenares de personas que pasan diariamente por el primer delfinario de Gran Canaria, y que el director del parque, Pedro Cantero, sitúa entre los seis mejores de Europa, en una oferta en la que la empresa propietaria Aspro-Ocio dispone de una experiencia de 20 años que ha invertido en ésta su quinta instalación de este tipo.

Saltos mortales, margullos a velocidad del sonido, brincos enhebrados en una anilla y toda una gama de ejercicios que incluye a Pep surfeando en el lomo de uno de los delfines provocan que los 25 minutos pasen volando, como volando van los delfines cuando los entrenadores, que además de Pep incluye a Javier Gutiérrez, Paula Fornas, José Miguel Romero y Nayra Peláez, les van indicando el rumbo a seguir y que cambia cada vez porque lo de ellos es el juego, la innovación y la virguería.

Y cuando no están trabajando llevan una vida de lo más doméstica que comienza con un entrenamiento de conductas médicas a primera hora de la mañana en la que aprenden a ser auscultados o a dejarse colocar una sonda. Luego más juegos para aprender cosas nuevas y, cuando se tercia, un baño con todos los entrenadores para darse "cariño, compañía y disciplina, porque cuando hay que trabajar, se trabaja muy en serio".

El caso es que los delfines, que han sido criados en cautividad en las instalaciones de Aspro-Ocio de Tenerife, el parque de Aqualand, al parecer se lo pasan calamar en Palmitos Park.

Y ya cuando ven, a puerta cerrada, a un desconocido caminando por el borde de la piscina lo siguen hasta salir al borde de la pileta para agenciarse un achuchón, tal cual una persona pero sin zapatos.

Además, Palmitos Park facilita un descuento a los residentes en Canarias, programas con colegios y una serie de actividades educativas y pedagógicas para conocer a estos casi parientes "y a las amenazas a las que se enfrentan".