Drama familiar en Telde. La Policía Nacional detuvo el 28 de marzo a cuatro miembros de una familia por dejar morir de hambre, presuntamente, a José Rodríguez Cazorla, de 59 años, un enfermo mental que estaba al cuidado de Fabiola, hermana del fallecido y principal imputada en la causa. Según la investigación, la víctima pasó de 85 a 25 kilos en solo dos meses, peso que tenía al morir.

La arrestada prestó declaración ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 5 de Telde. La juez la envió a prisión provisional tras imputarle un presunto delito de homicidio por omisión. Sus dos hijos y su marido quedaron en libertad, pero acusados de omisión del deber de socorro.

"Soy consciente de que he dejado morir a mi hermano", llegó a responder la imputada durante el interrogatorio judicial. Pero ese reconocimiento de los hechos no es el único indicio en el que se apoyó el fiscal para solicitar el encarcelamiento de Fabiola. También obra en la causa un informe forense que certifica la "muerte violenta" de José Rodríguez por "inanición y falta de atención". El fallecido perdió 60 kilos en dos meses, un kilo por día, según las primeras conclusiones de los médicos.

La imputada llevaba unos 15 años a cargo de su hermano, y recibía una paga del Estado de unos 1.000 euros que cobraba por la incapacidad de éste. En la declaración reconoce que ese dinero no lo empleaba en cuidarlo, sino en comida, pañales y en "necesidades familiares".

La desatención de la víctima era total. No sólo tenía el cuerpo lleno de úlceras, causadas por la postración permanente en la cama, sino que nadie lo aseaba y un criadero de cucarachas había anidado en uno de sus tobillos, según reveló la exploración de los forenses.