Las atemorizaban con hacerles vudú y con darles palizas si no se prostituían en el sur de Gran Canaria". La Fiscalía Provincial de Las Palmas solicita 16 años de cárcel para el cabecilla de una banda de presuntos proxenetas nigerianos, acusados de traer a compatriotas para explotarlas sexualmente en las calles de San Bartolomé de Tirajana.

El juicio contra Moses Ayegba, Betty Godfrey, Iziegbe Enobakhare, Hadmen Kahedra y Joy Ogbemudia está señalado para los días 20 y 21 de junio en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas. Según las conclusiones provisionales de la fiscal, Teseida García, el cerebro de la organización era Moses Ayegba, un destacado miembro de la comunidad nigeriana que regentaba un locutorio y una peluquería en el municipio de Ingenio.

El procesado, de 60 años, llevaba afincado en la Isla desde finales de los noventa. Primero logró la condición de refugiado y después, en 2005, obtuvo la nacionalidad española. Sin embargo, "pese a declarar a las autoridades que corría peligro en Nigeria", Ayegba seguía viajando al país africano "con la única finalidad de captar y traer mujeres para explotarlas".

Las pruebas contra él parecen contundentes. Aparte de la declaración de la víctima principal y de una testigo protegida, existen grabaciones telefónicas y vídeos que acreditan los viajes de Ayegba a Nigeria, donde se entrevistaba con las familias de las chicas y les prometía trabajo en sus negocios. Todo a cambio del sueño de Europa.

Pero la realidad cuando llegaban a Gran Canaria era otra. "Ahora te llamas Erika y vas a ejercer la prostitución en la calle", le dijo el acusado a la víctima tras hospedarla en un piso de Ingenio, según la versión que sostiene el ministerio público. Allí vivía estrechamente vigilada por Iziegbe Enobakhare, esposa del supuesto jefe del clan, así como de otras dos mujeres que también se sentarán el banquillo. Las tres realizaban funciones menores dentro de la organización, de ahí que la fiscal sólo solicite dos años y medio de prisión para ellas. No sucede lo mismo con Betty Godfrey, que se enfrenta a 10 años de cárcel.

Godfrey era el hombre de confianza en Madrid y Marruecos, donde las mujeres eran alojadas en diferentes pisos. Luego, tras facilitarles pasaportes falsos, volaban a la Isla y eran obligadas a prostituirse, tanto para pagar la deuda contraída por el viaje como para proporcionar beneficios a los proxenetas. Algunas fueron trasladas en patera desde la costa africana en 2006.

Las víctimas vivían como esclavas sexuales en Ingenio. "No podían salir a la calle fuera de las horas de trabajo" y eran "amedrentadas con sanciones si no lo hacían bien", relata Teseida García en su escrito de acusación.

Tampoco se aceptaba el no por respuesta. Después de los golpes y las palizas, Ayegba las amenazaba con someterlas a rituales de magia negra, unas prácticas que están muy extendidas en la comunidad nigeriana y que se han convertido en la coacción más eficaz para doblegar la voluntad de las chicas.

De hecho, durante este año, la policía ha desarticulado varias mafias que han usado ese sistema. La última organización cayó la semana pasada en Almería. Los tentáculos de la santería habían llegado a Dinamarca y Alemania, países en los que también operan los clanes nigerianos.