Gobierno de Canarias, el Estado, el Cabildo de Gran Canaria y los ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria y de Telde han sido mandatados por el Parlamento regional para "hacer un esfuerzo conjunto para mejorar las condiciones de vida de los 25.000 vecinos de Jinámar".

Esta coordinación es la base de la iniciativa presentada por la diputada de CC por Gran Canaria, Mar Julios, que hoy a aprobado la Cámara regional por unanimidad para conseguir "un plan de actuación integral en el Valle de Jinámar" que contemple "la rehabilitación de edificios y viviendas, así como de infraestructuras y de la propia urbanización, con cargo a los Planes de Vivienda en vigor de los Gobiernos estatal y autonómico y de las propias corporaciones municipales".

Asimismo, esta iniciativa para "dignificar la vida de los vecinos" de esta zona "marginal" de Gran Canaria, como la ha denominado Julios, debe incluir "la puesta en marcha de un programa específico de formación ocupacional dirigida a la población residente en Jinámar" y, además "un estudio sobre la situación económica de las familias de este barrio y un plan específico de ayudas de emergencia social".

"Es una deuda histórica que tenemos con los vecinos y vecinas del Valle de Jinámar", ha afirmado Julios, motivo por el que "necesita una especial implicación de todas las administraciones como salida real a la situación social actual con acciones que sean lo más eficientes posible".

Víctor Moreno, del PP, recordó que Jinámar "tiene unas particulares que no le hacen comparable a ningún otro lugar de Canarias y, quizás, de España", pues "concentra el mayor parque de viviendas sociales", un "modelo que no hay que repetir".

Moreno recordó el gran número de familias desestructuradas y el gran fracaso escolar fruto del "largo abandono que sufre el barrio", lo que ha llevado a los vecinos a que no sientan apego por el mismo.

La diputada socialista Eulalia Guerra añadió al texto de Julios, lo que fue aceptado por la nacionalista, la necesidad de apostar por "actividades culturales y políticas relacionadas con los jóvenes", además de una "campaña de cambio de imagen para Jinámar que vaya más allá de la rehabilitación, para que cambie ese sentimiento de pertenencia que los vecinos no tienen porque, a veces, tienen vergüenza de confesar donde viven".

"Hay que conseguir que digan que están orgullosos de vivir en Jinámara, que quieren seguir viviendo y trabajando allí", culminó Guerra.