El derrumbe de grandes piedras sobre la carretera que conduce a los barrios de El Toscón y El Carrizal de Tejeda ha dejado aislados a los 200 vecinos de esa zona cumbrera, que ahora deberán dar un rodeo de más de una hora por Artenara o por La Aldea para dirigirse a cualquier otro lugar de la isla. El desprendimiento se produjo a últimas horas del viernes, sólo tres días después de que se abriera al tráfico la carretera C-60, que los había tenido incomunicados con el pueblo de Tejeda desde principios de febrero.

La caída de la ladera sobre la calzada sepultó dos coches y estuvo a punto de causar una tragedia, pues algunos vecinos habían transitado por esa zona sólo unos minutos antes del derrumbe, según informó el concejal de Seguridad de Tejeda, Sergio de la Coba, quien señaló que durante varias horas también quedó cortado el suministro de agua, electricidad y teléfonos.

El suceso ocurrió a las 19.00 horas del viernes a la altura del kilómetro 4 de la carretera GC-606, a pocos metros de las primeras casas de El Toscón, explicó el concejal de Seguridad, quien resaltó que derrumbe no ha afectado al firme de vía, por lo que en principio se cree que bastará con retirar los escombros y reforzar los muros de contención.

Los técnicos municipales ya realizaron ayer una inspección y mañana lunes acudirá el coordinador de Obras Públicas del Cabildo de Gran Canaria, Rogelio Frade, para evaluar los daños y planificar los trabajos para la reapertura de la carretera, que probablemente necesitará una declaración de urgencia para realizar el proyecto y adjudicar la obra lo más rápido posible.

ALTERNATIVA. El cierre del enlace con la GC-60, que une ambos barrios con el pueblo de Tejeda y con Ayacata, obliga a utilizar como única vía de salida la carretera que desde El Carrizal cruza el barranco de Siberio y desemboca en la GC-210, que comunica Artenara con La Aldea de San Nicolás, concretamente a la altura de la presa de El Parralillo.

Según el edil De la Coba, la ruta alternativa para llegar al casco de Tejeda supone una hora y media de camino, con la agravante de que se trata de una carretera estrecha y muy pendiente, sólo apta para ve-hículos todoterrenos o coches de gran potencia. A la espera de lo que digan los técnicos, los vecinos calculan que estarán así varias semanas.