Puerto Rico comenzó a decaer con la apertura de Amadores hace unos ocho años, pero con la crisis turística ha terminado de sucumbir. Los empresarios con negocios en la playa, que pese a ser un día de verano ayer estaba casi vacía, confiesan que la situación es para "echarse a llorar". En estos meses dependen de los turistas peninsulares y más de los locales, pero la realidad es que éstos últimos llegan sólo los fines de semana, con las neveras cargadas, y no hacen uso ni de hamacas ni de los servicios de los restaurantes. Pese a todo, los empresarios entienden incluso la huida de los veraneantes hacia Amadores, entre otras cosas, porque allí , según explican hay aparcamientos gratuitos y mejores servicios.

Juan Carlos Álvarez, presidente de la Asociación de Empresarios de Puerto Rico, señala que con esta zona turística de Mogán ha sucedido igual que con San Agustín en San Bartolomé, pues se ha ido deteriorando y la administración no ha hecho nada por mejorarla. Cifra en un 60% la caída en la facturación que sufren por igual los negocios de hamacas, bares, restaurantes y tiendas de ropa respecto a hace unos cuatro años.

Entre las protestas sobre las carencias de esta zona, Álvarez destaca que ni siquiera la señalización para llegar a Puerto Rico está bien pues "si el turista hace caso de los paneles acaba en Anfi Tauro". También destaca que el hecho de que los aparcamientos haya que pagarlos desanima a las familias que vienen a pasar el día ya que en Amadores son gratuitos.

La presencia de tiqueteros es otra de las quejas de estos empresarios. Al parecer, cada día hay entre diez y veinte vendedores de time-sharing que convencen al turista para subir a un taxi y llevarles a Anfi del Mar donde les invitan a una copa, tras mostrarles el complejo.

Asimismo, denuncian que el proyecto que presentaron a Costas para mejorar la avenida de la playa lleva tres años enquistado. El plan se ha truncado porque Costas les ha advertido que las terrazas no pueden ocupar espacio público y deben renovar las instalaciones. Y más allá de la playa de Puerto Rico, donde la oferta de restauración y comercios supera el millar, las quejas son las mismas. El empresariado pide incluso que en el mapa del tiempo de los informativos no se pongan nubes sobre la Isla porque en Mogán lo que sobran son horas de sol al año.