Nuevo capítulo en el culebrón protagonizado desde hace ya dos años por el Ayuntamiento de Telde y el interventor Enrique Orts. La sección Segunda de la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) acaba de darle la razón al funcionario al emitir una sentencia, ya firme, con la que, en síntesis, se pone punto final al pleito.

La Sala ratifica el fallo que ya emitió en abril de 2009 y viene a decir que la suspensión cautelar de Orts y su retirada del puesto se produjo tras una orden dictada por el grupo de gobierno en agosto de 2008 "sin base legal alguna". En consecuencia, el marido de María Antonia Torres podría volver a su despacho en la corporación con sólo pedir la ejecución de este nuevo fallo, ante el que parece que ya no caben más recursos, salvo algún malabarismo de última hora con un recurso de casación.

El litigio se inicia después de que el funcionario se rebelase ante la decisión del pacto (NC, PSOE y CCN) de impedir su regreso a un puesto tan delicado como es el de interventor. El consistorio apeló a la situación de imputado de Enrique Orts en Faycán y a que su reincorporación podría suponer un "grave perjuicio para la ciudad.

Tras varios pasos y consultas, logró apartarlo temporalmente. Entonces presentó una demanda por una supuesta vulneración de derechos fundamentales. Enumeró cuestiones como su derecho a la presunción de inocencia y a mantenerse en el ejercicio de cargo público según lo dispuesto en la Constitución Española.

En primera instancia, los tribunales le dieron la razón de forma parcial al apreciar que sí se había producido dicho quebranto en el segundo de estos enunciados, pero entonces fue el Ayuntamiento el que movió ficha y consiguió que un juez le impusiese la obligación de aportar 80.000 euros de fianza si quería regresar.

El Estatuto Básico del Empleado Público, clave en el fallo final, es norma superior y posterior en el tiempo al Real Decreto 33/1986 sobre el Régimen Disciplinario de los Empleados Públicos, norma al que se venía agarrando el Ayuntamiento para frenar su regreso.