Greenpeace responsabilizó ayer al Ayuntamiento de Mogán de los vertidos contaminantes en varias zonas de la costa del municipio y recordó que sus primeras denuncias sobre el deterioro del litoral proceden del año 2005, sin que hasta el momento se hayan resuelto los problemas en las depuradoras y en los emisarios submarinos, por lo que prosiguen los derrames de lodos y aguas fecales a pocos metros de la orilla.

La organización ecologista respondió así a las críticas del alcalde sureño, Francisco González, en las que acusó a Greenpeace de tratar de "hundir" al municipio con "falsas" denuncias sobre vertidos en las zonas turísticas. Pilar Marcos, una de las responsables del informe anual Destrucción a toda costa, consideró que las quejas del alcalde son "totalmente desproporcionadas" y precisó que los datos que aparecen en ese estudio están contrastados, bien por análisis propios o por informes, denuncias y testimonios de otras organizaciones.

Pilar Marcos tildó de "desafortunadas" las palabras del alcalde, pues aseguró que lo único que pretende Greenpeace con sus informes es evitar la degradación del litoral. Al respecto, señaló que los elementos contaminantes que se vierten en las aguas no desaparecen, sino que se van acumulando. Tampoco se han resuelto los depósitos de lodos en los barrancos de Tauro, Taurito o Balito.

La dirigente ecologista opinó que el modelo de turismo masivo por el que está apostando el Ayuntamiento de Mogán "es un fracaso medioambiental y económico", de ahí que Greenpeace intente convencer a las administraciones públicas y a los empresarios de que "hay otra forma de desarrollo".

CRECIMIENTO. Pilar Marcos señaló que en el último informe se ha puesto el acento en Mogán por su desproporcionado crecimiento en los últimos años y porque todos los datos recabados por la organización corroboran que no se han resuelto los problemas de las redes de saneamiento. Esa información procede de instituciones públicas como el Ministerio de Medio Ambiente, el Gobierno de Canarias o el Cabildo, así como de colectivos como Ben Magec-Ecologistas en Acción, Los Verdes o Turcón.

En el caso de los vertidos también se han incorporado las informaciones de los medios de comunicación locales y las denuncias de las asociaciones de vecinos, que a través de las redes sociales están mostrando los problemas de contaminación en zonas como El Pajar o el propio puerto de Mogán.

Según los vecinos, el problema radica en que las plantas depuradoras de Arguineguín, de 3.000 metros cúbicos de capacidad, o de Mogán, de 1.800 metros, se diseñaron para la población que había en esas localidades hace quince años. Sin embargo, en las temporadas altas de turismo hay hasta cuatro veces más. A eso añaden el deterioro de los emisarios submarinos, que no cumplen la distancia mínima recomendada.