En teoría, el asunto es bien sencillo: el vaivén de las olas provoca el movimiento de objetos que flotan (o pesan poco) en el mar. Y ese movimiento, bien encauzado, puede derivar en la generación de energía. Si los objetos en cuestión son un conjunto de boyas sumergidas y semisumergidas, un sistema de anclaje en el fondo del lecho marino y otro de transmisión mecánica ya tenemos, en esencia, el proyecto Welcome, que es la criatura que la empresa catalana PIPO Systems, centrada en la investigación y el desarrollo, ha ideado para sacar del océano algo más que brisa, peces y sal.

La iniciativa ha puesto sus ojos en las aguas de Taliarte, a la vera de donde en el futuro se ubicará la Plataforma Oceanográfica de Canarias (Plocan), llamada a erigirse en el punto neurálgico del principal emporio científico, tecnológico y marino de las islas con la ayuda del Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM) y el parque que construye la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El primer sistema de boyas (detallado en la infografía superior) podrá instalarse en septiembre, según las previsiones hechas a este periódico por Rafael Ibáñez, director de gestión corporativa de PIPO Systems. "En Gran Canaria, donde se construirá el muerto de hormigón que fijará las boyas, ya tenemos parte del aparataje. Confiamos en instalarlo a una milla de la costa durante el otoño, ya que julio y agosto son meses malos debido a los vientos alisios", explica tras destacar que este sistema de generación de energía es "único en el mundo" y que la costa teldense es "una de las mejores de España para probarlo porque ofrece olas constantes con una altura que oscila entre el metro y el metro y medio. Las boyas que tiene Puertos de Las Palmas", remata, "nos han dado muchísimos datos".

La empresa, que cuenta con la colaboración de la Plocan y el Ejecutivo canario, aún no sabe cuántos sistemas instalará. Para el proyecto Welcome, en fase constante de investigación, dispone de un presupuesto próximo a los dos millones de euros.

Según las pruebas que han hecho, los ascensos y descensos de las boyas generarán una cantidad "por definir" de energía que será transmitida a tierra con cables submarinos. "Allí llegaría a una subestación y se podría proceder a su comercialización, bien a instituciones públicas como a particulares. Incluso serviría para abastecer a una desaladora", recalcó tras subrayar que en 2011 el Welcome podría estar ya más asentado. "Es un sistema de energía limpio y compatible con la eólica".