El proyecto del equipo ganador del concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento de Guía para la recuperación del Cenobio de Valerón defiende que el propio paisaje es parte de ese patrimonio etnográfico, y por ese mismo motivo pretende realizar un lavada de cara en la fisionomía de la montaña de El Gallego.

El entorno del que fuera granero de Gran Canaria se regenerará para curar las heridas del tiempo y la acción humana en el que es, con un presupuesto de 800.000 euros cofinanciado por el Gobierno de Canarias y el Cabildo insular, el proyecto estrella del consistorio norteño. Los objetivos principales serán reconstruir su antigua fisionomía y recuperar la relevancia de los antiguas vías peatonales, además de dar cobertura jurídica a todas las actuaciones que, como el centro de interpretación, se realizarán en esta zona.

"Tomando la montaña en su conjunto notamos que existen muchos cortes en su fisonomía, muchas heridas provocadas por la infraestructura de las carreteras, el puente o por cortes de accesibilidad. Interviniendo en estas discontinuidades podremos cumplir con las necesidades del área a la vez que posibilitamos una lectura paisajística a la zona, que a su vez es la misma premisa para solucionar el resto de problemas", explica el arquitecto y miembro del equipo responsable del proyecto, Pedro Hernández García, quien añade, "una cosa soluciona la otra".

Actualmente existe un proyecto de rehabilitación en el propio yacimiento, por lo que se plantea una alternativa de acceso que pasa por el roque o el muñón que quedó a raíz de la intervención de la primera carretera. "Lo que queremos es recuperar el uso de eso muro, darle utilidad y hacer pasar el camino por el propio roque, de manera que se recupere el antiguo sendero que utilizaban los aborígenes para subir al Silo de Valerón y de esta forma recuperar la perspectiva que éstos tenían del Cenobio cuando se acercaban a él", dice Hernández.

Según el equipo, formado por tres jóvenes arquitectos y un documentalista del Museo Canario, que trabaja actualmente con un plazo de cuatro meses en la redacción del plan de ordenación, el principal núcleo de intervención -y donde se dispondrán los futuros equipamientos- se halla en un paseo a 220 metros de altura con respecto al nivel del mar que corresponde a una explanada que actualmente alberga un espacio para el estacionamiento de los vehículos.

Ésta es una zona que se encuentra ya degradada, por lo que no será necesario intervenir sobre nuevos espacios. Este espolón, que acogerá toda la carga de programa, se plantea como un lugar para el visitante, un lugar de encuentro para disfrutar a través de miradores tanto del entorno de la montaña como del propio Cenobio y, al mismo tiempo, solucione los problemas de accesibilidad que ahora mismo existen, pues hay que superar un importante desnivel y caminar un tramo de carretera para acceder al Parque.

El objetivo primordial para reorganizar la zona paisajísticamente va acompañado por la recuperación del camino real de San Felipe, que fue cortado por la autovía, además de los distintos caminos que unen esta zona con algunos puntos de interés, de forma que como un valor añadido atraiga tanto a paseantes y senderistas como al turismo rural.

Al pasar por el punto kilométrico donde se toma la Carretera de Moya, en Pagador, la autovía atraviesa con un puente el Barranco de Silva para terminar en la montaña de El Gallego, un enclave estratégico desde los orígenes prehispánicos cuyo paisaje actual poco tiene que ver con la imagen que el antiguo canario tenía del Cenobio de Valerón tras siglos de explotación agraria a través de la formación de bancales, y, en última instancia, el desarrollo de las vías de comunicación. Con la intervención que ahora se propone este paraje se convertirá en un importante polo de atracción.