La tradicional cabalgata de carrozas de Santa María de Guía mantuvo a unas cuatro mil personas a pie de calle la noche del pasado viernes. El espectáculo, que se organiza con motivo de las fiestas de la Virgen se prolongó durante unas dos horas, tiempo que tardó la comitiva de seis carrozas y los diversos grupos de niños y colectivos folclóricos en recorrer las principales vías del casco que entre la ida y la vuelta suman unos cinco kilómetros.

Pese al recorte presupuestario que ha aplicado la corporación municipal a los festejos de este año, tanto la decoración de las seis carrozas como los vestuarios de los cerca de 200 participantes en el desfile pusieron de relieve que cuando hay ilusión y sobre todo deseos de mantener este histórico pasacalle, se puede garantizar la calidad del evento. También es cierto, como apunta la concejala de Cultura, María del Carmen Mendoza, que este año los vecinos se han implicado más con la cabalgata, que es una de las cuestiones que en definitiva pretendían los organizadores.

Los niños del colegio Nicolás Aguiar, que imitaban la Danza de los Enanos de La Palma; la batucada de los alumnos del colegio La Dehesa-San Juan, las agrupaciones Estrella y Guía o Noroeste Guiense, así como la participación de un grupo de baile de salsa, los moteros, se entremezclaban entre el desfile de las carrozas, cada una de ellas decorada con algún género musical. La primera de ellas estaba dedicada a la feria de Abril de Sevilla; la segunda era una alegoría a la ópera Carmen; la tercera era un homenaje a la música clásica del compositor Bach; la cuarta recordaba al rey del pop Michael Jackson; la quinta brindó una mención especial a las bandas de música, y la sexta a ritmo de salsa, ponía de actualidad a Celia Cruz. Así, entre sonidos musicales, desde los más pausados hasta los que hacían mover los pies, el público aguantó a pie firme desde las once de la noche del viernes hasta la una de la madrugada del sábado.

La velada invadió sin lugar a dudas de mucha fantasía la villa de Guía. El esmerado trabajo en la decoración de las carrozas, que coordinó Mario Santiago y la elaboración de los casi 200 trajes de los participantes que dirigió María del Carmen Guerra, que en ambos casos tenían como reto reciclar todo lo posible de las fiestas de otros años , contó con el reconocimiento de los asistentes.

Tras la noche de carrozas, ayer tocaba tarde de papagüevos. La bruja, el diablo, el payaso, o el marinero, hicieron brincar y correr a los pequeños y los algo más entrados en años. Y el punto final de las fiestas de la Virgen de Guía llega hoy con los confetis de la popular y muy esperada batalla de flores.