El Calvario era, ayer a media tarde, la calle más concurrida de toda Firgas. Cientos de curiosos esperaban con impaciencia, comiendo pipas y tomando helados, la carrera de carretones organizada por el Ayuntamiento, con motivo de las fiestas de San Roque. Veinte participantes se jugaban el tipo pendiente abajo en cuatro vueltas, una de ellas haciendo trompos.

Ése vuelca, tiene las ruedas muy chicas", señalaba Adrián Quintero, un joven de 19 años, al ver descender a uno de los 20 participantes de la carrera de carretones, organizada por el Ayuntamiento de Firgas con motivo de las fiestas de San Roque, en su bólido rojo de pedal. A su lado, sus amigos Zaida, Alberto, Arydai, Yoselyn y Aroa -que había venido de Valleseco para ver el espectáculo- observaban el descenso de los intrépidos pilotos.

La carrera de carretones, que lleva celebrándose 20 años en el municipio, congregó a los mejores corredores de la Isla. Entre ellos, a Francisco Guedes, que con 45 años ha ganado en tres ocasiones en Vecindario y una en Tenerife en carreras similares. Ayer, sin embargo, el coche se le estropeó en la primera bajada.

Roque Santana, de 42 años, otro de los participantes, copilotaba un ferrari negro, conducido por Joel Perdomo, de tan sólo 13 años. Y es que en esta particular Fórmula Uno no se tiene en cuenta ni la edad ni el sexo.

La prueba de ello, las corredoras Karla Mathez, de 20 años, y Ana María Romero, de 11 años. "Hay que ser muy valiente porque esto no tiene frenos", dice Karla, remolcada hacia el cementerio -lugar de la salida- para el siguiente descenso.

Los hermanos José y Nicolás, espectadores de acera, señalaban que el año pasado participó Juan Cerdán, conocido como Juan, el pastor, de 84 años. "Me parece un poco peligroso. A mí me gustan los clásicos. Aún conservó el triciclo que compré en los años 50 para transportar personas y mercancía", cuenta José.

Mientras, en meta, Nicanor Vega, de Juncalillo, y Pedro Toledo, de Firgas -dos expertos en la materia- controlan los tiempos de descenso de los corredores. "Cada minuto baja uno", explican. El ganador se lleva como premio un trofeo y la satisfacción de haber sorteado El Calvario sin un rasguño.