Este joven veterinario, nacido en Madrid en 1969, aunque su familia es de Gran Canaria, fundó la Clínica Ocular Veterinaria en 2003, aunque lleva ejerciendo desde que acabó Veterinaria en 1995. Dos años después, a falta de especialidades en su carrera, cursó Oftalmología Veterinaria por la Universidad Complutense y luego otras diplomaturas en Estados Unidos, México y Barcelona.

La idea de crear su clínica, que instaló en el barrio teldense de Las Huesas por su situación estratégica, al estar a pocos minutos de Telde y Vecindario, además del Sur o de la propia capital de la Isla, surgió "atendiendo a una creciente demanda de la sociedad canaria por acceder a un servicio médico cada vez más especializado para sus animales de compañía", explica.

"Ésta fue la primera clínica veterinaria de España que se dedicaba exclusivamente a oftalmología veterinaria y ahora hay otras tres en España: Barcelona, Sevilla y Pontevedra", recuerda, al tiempo que señala que "se trataba de que los veterinarios me remitieran a sus animales para contar con un servicio de apoyo para atender las enfermedades oculares".

Los propietarios de las mascotas son cada vez más conscientes de la búsqueda del bienestar de sus animales de compañía y la salud ocular de éstos ha experimentado en los últimos años un creciente interés. Para Clinio Díaz, el tratamiento de las enfermedades del ojo es muy importante, ya que "un animal con calidad visual y confort ocular es un animal más feliz y, por lo tanto, vive más".

Clinio Díaz destaca como hecho relevante que en "los últimos 10 ó 15 años la cirugía de cataratas, tanto humana como veterinaria, ha evolucionado espectacularmente, e incluso se usan las mismas técnicas, con un gran porcentaje de éxito".

Mientras que la operación de las cataratas en las personas dura poco tiempo, en el caso de las de los animales, la cirugía es más laboriosa y se puede tardar unas dos horas y media. La razón, según apunta este veterinario, es que las cataratas de los perros son más duras porque se les trae a consulta mucho más tarde por el desconocimiento de sus dueños, que incluso creen que hay que esperar a que evolucionen para saber qué pasa, y lo que suele ocurrir es que luego los animales se quedan ciegos.

A los perros operados de cataratas se les pone lentes intraoculares y "es curioso observar cómo personas con mascotas ya hablan en la calle sobre estos temas", resalta Clinio Díaz.