Los mercadilleros y vendedores ambulantes esgrimieron ayer los colores de Gran Canaria, con el amarillo de sus camisetas y el azul de los múltiples globos que portaban, para exigir al Gobierno de Canarias una solución que les permita conservar sus puestos en los mercadillos, amenazados por la aplicación de la directiva Bolkestein. Esta solución pasa, a su juicio, por la concesión de una prórroga de 15 años, "como han hecho otras comunidades autónomas" para adaptarse a la normativa, señaló María del Carmen Rodríguez, presidenta de la asociación de mercadilleros La Unión.

Unas 2.500 personas, según los organizadores, se manifestaron por la capitalina calle León y Castillo, desde la plaza de la Feria hasta Presidencia de Gobierno, en un ambiente bullicioso y sin incidentes. "Venimos con los colores amarillo y azul de Gran Canaria porque el problema de los mercadillos sólo lo tiene Gran Canaria", arengaba con su megáfono Jorge Santos, unos de los organizadores, secundado por el sonido de numerosos pitos, varios tambores y alguna vuvuzela para hacer más patente el mensaje.

PANCARTA. La pancarta principal, en la que figuraban las presidentas de las dos grandes asociaciones y otros miembros de sus juntas directivas, mostraba el lema "Mercadillos en lucha" y tras ésta, otras alusivas a las 2.500 familias que perderían sus trabajos -un recordatorio al presidente Paulino Rivero sobre la fuerza de los 30.000 votos que arrastra el sector- o la del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana apoyando la causa.

Los manifestantes, de todas las edades y diversas nacionalidades, coreaban consignas en contra del Gobierno; de defensas de sus trabajos -"¡Que sí, que no, el puesto me lo quedo yo!"- y contra la directiva, que obliga a licitar los puestos en los mercadillos sin respetar las concesiones actuales o la antigüedad. Tras casi hora y media, la manifestación terminó con los portavoces de los mercadilleros exigiendo una solución.