Cualquiera que los viera inmersos en plena tarea podría creer que están intentando fabricar oro cual alquimista de la Edad Media. En cierta manera, lo que estos días hacen en una esquina del mirador de San Francisco la artesana tejedora Nilia Bañares y Daniel Becerra, doctor en Historia Antigua, no dista mucho de esta pretensión. Los dos tratan de dar con la fórmula exacta que utilizaban los aborígenes grancanarios para tener sus tamarcos tiznados a la última moda con unos tintes bien apreciados centurias atrás.

Bañares y Becerra llevan más de un mes alongados a un amplio poyete flanqueado por baldas en las que asoman, por un lado, decenas de botes con trozos de plantas, líquenes, restos de especias y orchillas y, por el otro, todo un arsenal de productos químicos que les sirven para "mordentar" los jugos obtenidos y conseguir que luego se fijen al producto, piel, lana o seda sobre los que se aplican. La tarea ni es baladí ni nace de una noche de sueños raros. "Lo hacemos porque estamos preparando una ponencia para el próximo coloquio de Historia Hispano-Americana en el que trataremos de arrojar luz sobre esta pregunta: ¿Qué sistema de tintado utilizaban los aborígenes para pintar sus ropas?", resumen ambos mientras una cocinilla de gas calienta una especie de mejunje con trozos de pisolithus (hongos) bien machacados.

Los dos presentaron hace dos años en este mismo marco sus teorías. "Ahora queremos llevarlas a la práctica y emular a los aborígenes. Es una tarea muy laboriosa, pero creemos que vamos en la línea correcta".

Nilia, de 72 años, es una enamorada de los tintes. Aprendió el arte de la tejeduría a mediados de los 70 "con Manolito, el de Tenteniguada" y tras innovar con la trapera - "las he ennoblecido convirtiéndolas en chaquetas, zapatos y bolsos", destaca- encontró otra de sus pasiones en el mundo de los tintes. Cortezas de pino, tajinastes, gualdas, rubias, semillas de achiote... todo pasa por sus manos para luego ofrecer un abanico de colores que ríase usted del catálogo Pantone. Caviar para la vista.