Hoy en día su legado, considerado un modelo para la conservación y la biodiversidad, se mantiene vivo gracias a los trabajadores, profesionales y científicos del propio jardín, pero éste necesita de una dedicación y un apoyo del que actualmente carece, según señaló su actual director, David Bramwell, que además de sucesor en el cargo es discípulo del maestro sueco. De esta forma, Bramwell pidió el apoyo de las instituciones para que no se abandone un trabajo con más de 50 años de dedicación.

Actualmente, el parque, un museo vivo de plantas canarias que recibe entre 180.000 y 200.000 visitas al año, cuenta con un déficit del 30 por ciento del personal de jardinería, debido a la jubilación de una generación de empleados. Además consideró necesaria la renovación y restauración de algunas de sus instalaciones; como los senderos de la ladera, los sistemas de información o el vallado externo. "No se debe permitir", manifestó Bramwell, "que este espacio, con el prestigio internacional que aporta para la Isla, sufra un deterioro irreversible, cuando precisamente estamos aspirando a ser Capital Europea de la Cultura".

El director del Jardín Canario explicó que mantienen varios proyectos en favor de la conservación de la flora autóctona. En primer lugar, el estudio del comportamiento de estas variedades ante el cambio climático. También, sostienen un estudio sobre la diversidad genética de las distintas especies y por último, como parte del centro de conservación, investigación y educación ambiental, sostienen un programa de seguimiento de las variedades en peligro tras el gran incendio sufrido en la Isla en el 2007.