Un repentino oleaje arrasó ayer las costas de Mogán y causó graves destrozos en varias playas del municipio, en especial en Taurito, Patalavaca, Amadores y Las Marañuelas, que han perdido arena y una parte del mobiliario, como hamacas, sombrillas y pasarelas. Una vez desactivada la alarma por el mal tiempo, y cuando los empresarios turísticos se preparaban para recuperar las pérdidas de los días anteriores, una inesperada subida del mar dejó las playas semidesiertas e impracticables para el baño.

"Pasada la medianoche del domingo al lunes, coincidiendo con la pleamar, nos llamaron por teléfono para avisarnos de que el agua estaba llegando a la avenida y las hamacas y las sombrillas ya estaban flotando en el mar", relató ayer Fernando Vega Pérez, uno de los propietarios de Taurito Water Sport, la empresa concesionaria del servicio de playas de Mogán, que calculó los daños en más de 30.000 euros.

Fernando Vega, su socio Juan Moreno y varios empleados estuvieron "hasta las cinco de la mañana" rescatando hamacas y sombrillas de las siete playas municipales que tienen a su cargo, las de Mogán, Taurito, El Cura, Aguamarina, Patalavaca, La Lajilla y Las Marañuelas. Los mayores destrozos se registraron en Taurito y Patalavaca, que han perdido casi toda la arena y tardarán meses en recuperarla.

Los muelles y diques protegieron a las otras grandes playas de Mogán, como Puerto Rico, Arguineguín y Amadores, aunque está última amaneció con menos arena de lo habitual y grandes piedras en la orilla.

Por sorpresa

El agua entró en varios restaurantes y locales comerciales a pie de playa, pero sin causar daños materiales. El problema para sus propietarios es que los turistas se dieron media vuelta al ver el mar embravecido y las playas sin arena. El fuerte oleaje los cogió a todos desprevenidos, pues la alerta por lluvia y vientos quedó en nada. "Aquí no ha caído ni una gota en los últimos días, pero es la primera vez que las olas llegan hasta esta avenida", explicó Juan Moreno junto a las hamacas que pudo salvar en Taurito.

El oleaje también afectó, en menor medida, a las costas de San Bartolomé de Tirajana. En Maspalomas obligó a retirar las primeras filas de hamacas y sombrillas, pero la arena resistió. Sólo en las inmediaciones del Faro aparecieron algunos callaos, sin mayores perjuicios para los miles de usuarios que acudieron a la playa. La Charca mantiene abierto un aliviadero para evitar que rebose por las lluvias, pero ya no vierte agua al mar.

La borrasca que cruzó el Archipiélago durante el fin de semana dejó menos lluvias de las previstas y ayer sólo se recogieron 2,1 litros por metro cuadrado en el aeropuerto de La Palma y 1,4 en Tazacorte. En la capital grancanaria hubo temperaturas cercanas a los 30 grados.