La Fuente Agria de Teror es un termómetro bastante fiable de la crisis económica actual. En las últimas semanas se ha triplicado el número de vecinos que se acercan para recoger el agua de sus tres grifos y llenar botellas y garrafas. Antes los terorenses apenas esperaban unos minutos para proveerse, pero últimamente tienen que hacer colas de hasta cuatro horas de duración.

Juan González, guardián y vigilante de la Fuente Agria, asegura que "se nota mucho la crisis. Antes no tenían que esperar tanto para llenar, pero ahora hay colas a todas horas". La fuente está abierta 24 horas los 365 días del año, "pero por las noches y los fines de semana es cuando hay más colas, aunque siempre hay más visitas en verano".

González señala que "desde mediados de agosto comenzó a crecer mucho el número de gente que viene a coger agua. Veo caras nuevas, por lo que tengo que pedirles la documentación para comprobar en el ordenador que están empadronados en el pueblo". El Ayuntamiento de Teror permite llenar hasta 50 litros de agua diarios a cada vecino del pueblo que esté censado oficialmente. El alcalde, Juan de Dios Ramos, reconoce que "cada vez hay más afluencia de vecinos que van a llenar a la fuente. Yo la visito a diario y antes sólo había una o dos personas. Ahora hay colas de un par de horas".

Menos grifos, más gente

La Fuente Agria de Teror contaba antiguamente con cinco caños, pero ahora están reducidos a tres para que la fábrica municipal pueda disponer de más grifos para el embotellado.

"Antes había más grifos, pero la fábrica ha acaparado todo porque cada día salen de aquí 100 camiones par repartir agua en toda la isla y a Lanzarote y Fuerteventura", afirma Delfín Reyes mientras espera su turno.

Carmen Delia Quintana también se muestra crítica con el supuesto acaparamiento de la industria de agua mineral, aunque admite que "al fin y al cabo los beneficios son para el ayuntamiento, o sea, para el pueblo. La fábrica es un buen negocio".

Fermín Morales achaca a la crisis que "cada vez seamos más los que vengamos a la fuente a llenar; hay que cuidar la economía y se empieza por lo primario: el agua para beber".

"Yo sólo llevo dos años y medio empadronada en el municipio, pero siempre vengo a coger directamente el agua porque me parece más sana que la embotellada por la industria ya que aquí no hay intermediarios", dice Marta Acosta mientras llena sus botellas. Laura Trujillo, otra vecina, señala que "algún privilegio debemos tener por estar empadronados en Teror".

Menos de un euro al día

Pobreza.

La demanda de ayudas a Cáritas se ha disparado en los dos últimos años debido a la crisis económica. En la comunidad hay un 30% de parados y un 27,5% que tiene para vivir menos de un euro al día. El director de Cáritas, Pedro Herranz, se mostró muy crítico con las administraciones. "2010 ha sido un año perdido, porque se ha podido acometer toda una serie de acciones encaminadas a mejorar la situación de esta gente" y no ha sido así, dijo.

Sin techo.

Cáritas calcula que en la capital grancanaria hay más de 600 personas sin hogar. En el censo que ha elaborado la ONG, tras peinar todos los sitios donde paran estas personas, se han contabilizado 550 indigentes, pero Herranz aclara que "hay más gente viviendo en sitios a los que no podemos llegar". Por otro lado, la ONG reclama, además de dinero, personas voluntarias.