La costa de Taliarte acogerá a lo largo de las próximas semanas los primeros ensayos tendentes a la implantación de un novedoso sistema en Canarias que tiene como principal objetivo la instalación de una serie de boyas cuyo movimiento, provocado por las olas del mar, será capaz de generar energía en el futuro.

La empresa catalana Pipo Systems, impulsora del proyecto Welcome y que cuenta con el apoyo de la Plataforma Oceanográfica de Canarias (Plocan), tiene ya prácticamente perfilados los últimos detalles para comenzar la instalación de los primeros artilugios a poco más de una milla de la costa de Taliarte tras las distintas pruebas practicadas en Barcelona y en el muelle Reina Sofía de la capital grancanaria.

El conjunto de boyas sumergidas y semisumergidas, el sistema de anclaje adherido al fondo del lecho marino y otro de transmisión mecánica componen, en esencia, el proyecto de una firma que se constituyó en el año 2002 y que tiene en la investigación y el desarrollo una de sus principales razones de ser. El sistema de generación de energía parte con un presupuesto inicial de dos millones de euros que serían aportados por el capital privado a pesar del respaldo que ya ha ofrecido a la iniciativa el Gobierno español, a través del Ministerio de Ciencia e Innovación, los fondos Feder y el Ejecutivo autónomo.

Fijación

La mayor parte de los artilugios vendrán de la Península, pero en Gran Canaria ya se ha previsto la confección de los muertos de hormigón que fijarán las boyas. En un principio se tenía la esperanza de poner en marcha el Welcome el pasado otoño, pero problemas con la meteorología y el mar de fondo lo han impedido hasta ahora.

Según declaró en su momento el director de Gestión Corporativa de PIPO Systems, Rafael Ibáñez, "la costa teldense es una de las mejores de España para probar esta idea porque ofrece olas constantes con una altura que oscila entre el metro y el metro y medio. Las boyas que tiene Puertos de Las Palmas al respecto nos han facilitado muchísimos datos", abundó.

La cantidad de energía que generaría este sistema está aún por definir, aunque lo que sí se tiene claro es que la corriente sería transmitida a tierra a través de cables submarinos. "Allí llegaría a una subestación y se podría proceder a su comercialización, bien a instituciones públicas como a particulares. Incluso serviría para abastecer a una desaladora", vino a finalizar el dirigente de la citada compañía.