Carmelo Artiles dirigió a los socialistas de Gran Canaria durante más de quince años, por lo que estuvo en primera línea tanto en el ascenso al poder en la década de los ochenta como en el declive a partir del año 1993. Entró en el PSOE en los últimos años del franquismo a través de la Unión General de Trabajadores (UGT), adonde había llegado por recomendación de Gregorio Peces-Barba y Jerónimo Saavedra, a los que había conocido cuando estudiaba en Salamanca y Madrid.

Sus primeros padrinos políticos en la capital grancanaria fueron los dirigentes sindicales Anastasio Travieso y Salvador García Carrillo, que con el tiempo formarían el grupo de los viejos roqueros. En las elecciones constituyentes de 1977 rehusó ir en las listas, pero en los comicios locales de 1979 participó en las candidaturas al Cabildo de Gran Canaria y al Ayuntamiento de San Bartolomé, donde engrosó las filas de la oposición.

Fiel a Jerónimo Saavedra en aquellos años de cambios internos y de crecimiento de la organización, en 1979 sustituyó a Ángel Luis Sánchez Bolaños en la secretaría general y cuatro años más tarde había convertido al PSOE en la primera fuerza política de la Isla, aunque en ello tuvo mucho que ver el desplome de la UCD y la ola nacional de Felipe González.

Artiles revalidó el cargo en los siguientes congresos insulares y tuvo un mandato tranquilo, reforzado por sus buenos resultados electorales en el Cabildo y en el Senado. Durante esa etapa pacificó a los afiliados capitalinos, que en aquella época estaban separados en cinco agrupaciones locales, y formó una red de barones locales con mucho protagonismo, caso de Luis Hipólito Hernández en Arucas; Demetrio Suárez en Gáldar; Juan José Espino del Toro en Ingenio o Marcial Franco en San Bartolomé de Tirajana.

El retroceso

El liderazgo de Artiles empezó a declinar cuando perdió la Presidencia del Cabildo y se complicó en 1993 cuando otra moción de censura acabó con el Gobierno autónomo de Saavedra. En las elecciones generales de ese año, Saavedra optó por ir en la lista del Senado y Artiles encabezó la del Congreso acompañado por Blas Trujillo. El PP ganó en la circunscripción de Las Palmas con tres escaños y CC, que se presentaba por primera vez, también logró dos representantes.

Desde ese momento aumentaron las voces que pedían una renovación de caras en el PSOE de Gran Canaria y empezó la lucha por la sucesión. Por una parte estaban las agrupaciones de la capital, que a su vez se dividían en numerosas familias (oficialistas, guerristas, renovadores...), y por otra los barones locales. Tras casi dos años de pugnas internas, Artiles fue sustituido en 1995 por Francisco Ramos Camejo, que había sido su mano derecha en el Cabildo y en el partido. Sin embargo, ese Congreso Insular dejó muchas heridas abiertas y Ramos Camejo se vio obligado a dimitir dos años después, lo que abrió una profunda crisis en el socialismo grancanario. A Ramos Camejo le sustituyó Juan José Espino del Toro y a éste Eduardo González, pero los resultados no mejoraron y el conflicto interno persistió. Una gestora nombrada desde Ferraz dirigió la organización hasta la elección de José Miguel Pérez.