- Estudió en los Salesianos...

- Yo me formé ahí, como mucha gente de Teror, y les estaré toda mi vida agradecido a la educación y a la formación que adquirí allí.

- ¿Cómo se inició políticamente?

- Mi actividad política nace de las asociaciones de vecinos. Nosotros fundamos en nuestro barrio, en 1973, lo que fue la primera asociación de vecinos, que no se llamaba así, sino asociación de carácter de familia.

- ¿Fue la primera?

- La primera de Teror y la tercera de Gran Canaria. Al tener ámbito de actuación en los términos municipales de Teror y Las Palmas de Gran Canaria, me permitió como presidente fundador durante 16 años ser el primer secretario de la Federación de Asociaciones de Vecinos de las Medianías durante siete años. Luego fui presidente dos años.

- Eso le permitía tener contactos con los ayuntamientos.

- Claro, me permitía tener contacto con los dos términos municipales. Ahí nace mi iniciación en la política. La verdadera escuela de los políticos nace de las asociaciones de vecinos porque es la base, el contacto directo con la gente, de sus necesidades y conocimientos.

- ¿Cuál fue el primer partido en el que militó?

- La UCD, desde el 79 al 83. Ahí tuve la suerte de entrar a gobernar en Teror a pesar de que don Salvador Cárdenes era el alcalde de un partido independiente, Avite, con mayoría absoluta y no necesitaba de nosotros. Ellos tenían 11 concejales y nosotros 5. Me nombraron concejal de Educación. Luego el pacto se rompió, pero nosotros seguimos.

- Y a partir de 1983?

- Del 83 al 87, al desaparecer la UCD, me fui al Partido del País Canario, donde estaba Fernando Ortiz Wiot, con el que me inicié en política cuando fue alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Me fui con los ojos cerrados porque Fernando para mí ha sido uno de los políticos más serios y honestos de Gran Canaria.

- ¿Y cómo le fue en las elecciones?

- Nosotros sacamos 3 y otros 3 el PSOE, pero Cayo (Yánez) sacó 7 y fue el alcalde. Ya en las siguientes elecciones del 87 nos presentamos con el CDS de Suárez.

- ¿Firmaron el pacto para echar a Cayo Yánez?

- Nosotros vimos que el pueblo se estaba quedando atrasado y que había perdido prestigio. Teror era lo más importante y ya al pueblo no venía nadie. Todas las personalidades que venían a la isla pasaban por Teror, pero ya ni se hablaba del pueblo. Queríamos recuperar el prestigio del municipio y había que arrimar el hombro.

- Entonces no fue una cuestión de ambiciones políticas.

- No, lo más fácil para cualquiera de nosotros habría sido pactar con Cayo porque sólo necesitaba uno. Por eso él nunca creyó que se fuera a dar el pacto.

- Ustedes no tenían dedicación exclusiva.

- Ninguno teníamos. Los alcaldes solo teníamos unos gastos de representación. Cada uno seguíamos en nuestra actividad.

- ¿Le dieron mucha la lata los vecinos?

- No, es lógico que tengan sus demandas. El alcalde debe hablar con la gente de tú a tú. Vecinos somos todos. El alcalde es un vecino más con las mismas necesidades.

- ¿Cuáles fueron sus prioridades en la corporación?

- El centro de salud y la depuradora eran importantes y su coste muy elevado. También estaban el cementerio, la Fuente Agria, la Casa Huerta, el parque Sintes, el convento del Císter, el polideportivo. Para la circunvalación el Cabildo nos dio 25 millones de pesetas. Luego había otro tipo de necesidades escolares y deportivas, pero no había recursos. Si hubiésemos tenido los dineros de ahora, hasta la azotea del ayuntamiento habría tenido césped.

- ¿La Fuente Agria aún no era una mina?

- Qué va, en aquel entonces sólo daba para pagar los créditos que se habían solicitado para ponerla en marcha. Tenían que ayudarnos otras instituciones, como el Cabildo o el Gobierno, a los que les pedimos que nos echaran una mano. Y ayudaron poco a poco.

- ¿Se trabajaba a piñón fijo?

- Yo nunca cogí vacaciones mientras estuve en el ayuntamiento. Cuando estuve de alcalde me encontré con la caja de turrones siempre encima: empezabas las fiestas de los barrios en mayo y acababas en octubre.

- En 1982 se rescató la Fuente Agria para el pueblo.

- Sí, pero tuvimos un problema tremendo porque había una deudas impagadas por el arrendatario. El Ayuntamiento denunció el cobro por vía ejecutiva, pero el arrendatario presentó una querella contra el grupo de gobierno y tuvimos que ir a declarar al juez. Nos vimos entre la espada y la pared hasta que un magistrado sentenció que la Fuente era del ayuntamiento. Hicimos una fiesta.

- Aprovecharía que Lorenzo Olarte, en la época presidente del Gobierno, era también el de su partido, el CDS.

- Nos ayudó muchísimo y tenemos que estarle muy agradecido. Había una relación directa. El Gobierno de Canarias aportó en esos cuatro años 500 millones de pesetas. El Cabildo de Carmelo Artiles también nos ayudó económicamente. Fue la primera vez que en las fiestas del Pino el representante del Rey no fue un militar, sino el presidente del Gobierno canario.

- ¿Se reactivó el pueblo?

- Sí, ya empezaron a venir de nuevo personalidades. Rubio Royo inauguró las jornadas culturales. Empezaron a traer pregoneros vinculados al pueblo. Llegó a venir hasta Pitita Ridruejo y Hernández Mancha, que era el presidente de Alianza Popular de la época. Hubo hasta una jura de bandera de la Marina. De Teror hay que hablar bien y que salga fuera. La Virgen del Pino es el mejor reclamo que tenemos, pero tenemos muchas más cosas. Teror es la cuna comercial de Gran Canaria. De ahí salía la mercancía para toda la isla, hasta La Aldea. La gente iba a Teror a comprar de todo. Y es que se decía que Teror era un pueblo de judíos por los comerciantes.