E l barrio galdense de San Isidro vivió ayer un mareante plan de trabajo festivo en honor a su patrono que comenzó desde el alba con diana floreada, un acto que para los que disfrutaron el sábado de los papagüevos y la posterior verbena de madrugada no siempre es muy bien recibido. No más tocar a rebato aparecieron animales, de establo y gallanía, para celebrar la que es la segunda gran feria de ganado de la ciudad.

El 'personal' luego desfiló presumido ante el santo, colocado de titular en la plaza de un barrio que conserva los iconos de la fiesta antigua y en donde se procesiona con gravedad aunque raje el sol porque resultó que ayer allí era verano. Luego, tras la siesta de Cristóbal Padrón, presidente de la comisión, vuelta a empezar con una batucada y una batalla de flores de merienda cena.